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FU. SFiRAFÍN DEJ AUSEJO, O. F. M., CAP. 341 ,.••--~••••~••n•••n••, ..u ..........•••••--••••• •H•••n••••••••••••••••••••n•••n •• • ., _ , ' , talmente distinto del que aquí le atribuye.' 4) Afirma que los Santos Padres suponen a María sujeta a la ley de la muerte, sin aducir un solo testimonio en favor de su aserto, mientras se podría dudar 5Í se propu– sieron la cuestión y en qué sentido ia resolvieron. 5) Trae, un argumento litúrgico de discutible sentido y hasta le concede más valor teológico que al argumento sacado de la autoridad de los Padre.s. 6) .Para el In– quisidor, la muerte, de María en nada se diferencia de la muerte de · tantas personas piádosas, que la aceptan con ,resignación, pero en cúyas manos no está el poder eludirla. El segundo documento resume, en cierto modo, la argumentación del primero y la pres·enta en un orden más lógico. Sin embargo, parece proceder con más moderación. Establece !l.nte todo que lo dicho por fray Diego en su obra "parece inverosímil e infundado". A esto se re– duce la calificación teológica que dan los censores. A continuación in– dican tres razones de esa calificación: 1) "Porque no hay documento alguno fidedigno de semejante excepción y privilegio". 2) Porque .la doc– trina en~eñ.ada por fray Diego no .se conforma con los. sentimientos de la Iglesia ex,presados en su liturgia. 3) Porque las afirmadones del Beato sobre la muerte voluntaria de María contradicen a las afirmaciones con– signadas en la página anterior de su obra, cuando decía que María "debió morir por la innata cóndición de su naturaleza", cuyo .genuino sentido ya hemos explicado anteriormente. 4,) Defensa de su doctrina, apenas iniciada por el beato Diego Cuando fray Diego recibió la censura de la.Junta y la petición de~ Inquisidor para que contestara a los alegatos de los calificadores del San,to Oficio, en seguida se aprestó a la defensa de sus obras, particu– larmente en lo relativo a la autoridad pontificia. A ello dedicó las es– casas f'nerzas que le quedaban. Recibió los documentos acusadores de su doctrina el 30 de noviembre de 1800 (42), y a los dos días escribe a un íntimo amigo suyo de la Orden de Predicadores: ". ..Ya comprenderás cuánto estudio, trabajo y tiempo necesito para mi respuesta... Por esto he suplicado al santo Tribunal que me conceda ,todo el espacio que necesito para lo que se me manda, en atenci6n a que, además de mi, rudeza, me hallo desde el 23 'del pasado con el dolor de estómago y de entrañas, que no· me permite aplicarme mucho a las tareas literarias" (43). Pero pronto le sobrevino .la muerte (24 de marzo de 1801) y Bu de– fenrn quedó sin concluir. El proceso fué sobreseído para siempre, m1,1s (42) En carta dirigida a su íntimo amigo, el padre Francisco de Asís González, O. P., ·el día 2 de diciembre de 1800, dícele fray Di'ego: "En el día de antier recibí los pa– peles de Madrid, que sabes aguardaba, con la orden de responder a ellos con la brevedad posible". (Cartas interesantes que el beato Diego J. de Cádiz dirigió al R. P. Fr. Fran– cisco de Asís González, · anotadas por Fr. Diego de Valencina [Madrid 1909], p, 138 · [así por error de imprenta, en vez de· 148]). · (43) Ibid., p. 140 ÜSO]. · 22

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