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J FR. SERA.fÍN DE AÜSEJO, O, F. M.i CAP. . 339 • .,.,■,.n<o••••• •"'""""•••••-••"•--•• • •nl>•••n•o••••-•--•••------..................,..._..• ................. •••••••••~nhnn••••••••••••• --~••••••• •••••••••• inédito c1;1,si en su totalidad, se encuentra hoy eI,1 el Archivo Histórióo Nacional (39). · · ' Pero, aderriás, de las opiniones de fray Diego sobre la autoridad pon– tificia re,chazadas por el Inquisidor y los censores, en las que el Beato estaba tan en lo ci,erto que ,su doctrina fué después, en gran parte, defi– nida por los Sumos Pontífices, los censores de sus obras encontraron también materia rechazable, según ellos, en las páginas que hemos es- .· tudiado relativas a la muerte de la Santísima Virgen. . El Inquisidor General, don Ramón José de Arce, Arzobispo de Bl1r– gos, ,escribía al Ministro don Mariano Luis de Urquijo, en carta fechada Bh Madrid, a 17 de septiembre de 1800, entre otras cosas, lo siguiente: . . "...Esta falt;¡. de exactitud theológica se advierte ,t~mbién en el sermón de 1~ Asump– ción de nuestra Señora,_ que se lee en el tomo 5. 0 de los de dicho Padre Gádiz, y elJ. el qua!, para realzar. las glorias de María Santísima, asegura que esta Señora murió, no por l.i, precisa cond\fi§n y ley de los demás mortales, sino por acto ·libre y meritorio de su voluntad, coy'fíue, dexánd,olo Dios a su arbitrio y elección, •como han querido al– gunos .contemplativos, eligió el. morir, para no discrepar un ,.'..pice de la semejanza con Jesu Christo [tomo V] (pág. 180). · · ' ' · . Esta es una doctrina poco sana y que sólo puede hallar apoyo en los sueños místicos de algunos devotos 'indiscretos. _La Virgen Santísima murió en execución de u~a senten– cia éomprehensiva de todos los hombre$ : Statutum est hominibus semel morí, dice san Pablo ad Hebr. (9,'·27). Los Padres de la Iglesia nos aseguran que, como hija de· Adán, estubo sugeta a la muerte; y lo que es más, la misma Iglesia, en la misa que ·se lee de ía festividad de la Asumpción, dice que murió Maria Santísima por ser de una _rtatu– raleza pensionada con este trabajo: pro .conditi'.one ·carnis migrasse cognoscimus. Murió aceptando la muerte y sometiéndose con resignación a la voluntad. del Señor; mas esto no prueba que el Señor dexase al arbitrio de su Madre el morir o no morir, como no lo dexa al -!,rbitrio de .las almas justas,, por .más que éstas -se tonforinen con la. divina voluntad; que quiere que mueran" (40). Este es el documento que lleva fecha más antigua entre los que- cen– suran en las obras de, nuestro Beato la. especie de la muerte voluntaria de la Santísima Virgen. Por lo que se v,e, el Inquisidor General, a pesar de sentir profunda veneración hacia el santo misionero capuchino, como se manifiesta por múl,ti,ples documentos de,_ este proceso, preiuzgit ya por sí solo y totalmente la: cuestión. La Junta de. Censores no hará sino es– cribir al dictado, y pajo un simulacro de eensura independiente, repe– tirá el informe, del Inquisidor Gen.eral al Ministro Urquijo que acabamos · de leer. Sólo por estos datos pu:ede verse ya cómo _la censura venía orde– nada y dispuesta desde las altas esferas, y qve en. el fondo se _ventilaba una cuestión política mucho más que una cuestión doctrinal. Dominá– bal~s el. deseo de desacreditar de algún. modo ante la .na.:ción al b~ato (39) Sección de Estado, leg. 4817/25, y sección Inquisición, leg. 4449/1. Véase un bre– ve resumen y algunos documentos en S. Dt UBRIQUt, Vida del beato Diego, tomo I, Se~ villa 1926, p. 624-657. ' . (40) Carta_ arriba citada, fol. 3r•4r (ARCH, H1sT. NAC,, Estado, leg, 4817/25).

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