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l!'R. SERAFÍN DÉ AUS'.E.16.2 O. F. M.i ÓAP ....................................__ 8_3_5 En efecto: 1) Es frecnente en el latín tardío, pasado después a las lenguas romances, el uso pleon'á>1tico del verbo debeo (33). Suprimiendo, pues, en la citada frase el "depió morir", como pleonástico, y sustitu– yéndolo por el simple "murió", obtenemos un sentido que evita toda contradicción: María murió, porque, siendo de condición mortal, podía morir (causa remota de su muerte); pero las causas v,erdaderas e in– mediatas fueron la obediencia· enteram•ente libre y el amor. 2) A veces, dicen los gramáticos, úsase, el tiempo del pasado para expresar la irrea– lidad de un período hipotético (34). Por lo tanto, el tiempo pasado puede expresar la idea ele rp_era posibilidad, de potencialidad irreal. 1E,n este sentido Ia frase signifkaría: María debiera haber mue.rto o habría. debi– do morir por su condición mortal, si a sólo a esa condición nos atuvié– ramos y no a sus privilegios; pero ele hecho murió por obediencia ·libre y por amor. 3) El verbo "deber" puede usarse como simple auxiliar, especialmente para significar "duda, ,presunción o sospecha" (35), si bien en este caso debería llevar la preposición "de". El sentido sería ést•e: María "debió de" morir: se podría presumir que murió, por su condición mortal; con ·todo, de. hecho murió por obediencia y amor.– Con cualquiera de estas .explicaciones; todas admisibles (36), el pensa– miento del Beato corre lógico y diáfano: María murió o pudo morir, habría debido morir, parece que debió de morir por la innata condición de su naturaleza (cansa remota y sin eficacia antes de la elección de María); ,pero de he.cho murió por obediencia y amor (causas inmedia– tas y verdaderas o eficaces después de la elección de la muerte por parte de María). Por consiguiente, en el párrafo citado la sucesión de ideas respecto de la situación de María ante la muerte es ésta: a) "María no fué corn– pren<dida en las penas del pecado original (entre las que ocupa un lugar muy destacado la muerte), porque fué concebida sin él y llena de gra– cia"; b) no obstante, por la innata condición de su naturaleza podía llegar a morir; c) pero las causas verdade,ras e inmediatas, o sea las causas reales que nos explican el porqué de su muerte fueron la obe– diencia (enteramente libre, como el Beato explicará después) y el .amor. Se nos podría objetar que lo afirmado aquí por fray Diego es sim– plemente que María, aun estando sujeta a la ley de la muerte como todos los humanos,. pero sin pecado, rehusó, por obediencia y amor, 11ceptar la dispensa de esa ley, que Dios le ofrecía al final de su vida terrena. Con esta dispensa, aunque María habría sido mortal por ne- (33) C. H. GRANGENT, Introducción al latín vulgar, ;Madrid 1928, p. 75. (34) R. LENZ, La oración y sus partes, 3.• ed., Madrid 1935, p. 482. (35) Gramática de la lengua, por la Real Academia Española, Madrid 1931, núm. 91. (36) También se podría· entender el debió en conformiclad con la segunda acepción que a este verbo señala el Diccionario de la Real Academia (ed. ·oficial del "Año de la Victoria" [1939], art. Deber): "Por extensión, cumplir obligaciones nacidas de respeto, gratitud u otros motivos". En este caso la preposición por usada por el Beato en esta frase no significaría causa, sino medio: María cumplió con la muerte-obligación nacida en ella por su libre elección-"gracias a" o "mediante" la innata condición de. su natu– raleza; pero las causas fueron la obediencia y el amor, mediante actos enteramente libres y meritorios.

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