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. FR. SEl'lAFÍN DE AUSEJO, o. F. M.l dAt>. ·"··•>•··············•···•··----··········•······ .. . . ·····-·······•..···------ tra amabilísima Señora comprendida en las penas del pecado original, porque fué con– cebida sin él y llena de gracia. Pero, no· obstante, debió morir o acabarse alguna vez su vida por la innata condición de su naturaleza. Con todo, es preciso decir que la .oh.e~ aiencia y el amor fueron las causas verdaderas e. inmediatas de su tránsito felidsi- mo" (32). · ·· .• · . A primera vista par-ecerá que la frasie no obstante, debió morir o acabarse alguna vez su vida por la innata condición de ·su· naturaleza contradice cabalmente a cuanto hemos ex,puesto poco ha. De la lectura de este párrafo se .saca la, impresión de qne lo' defendido po,r -el beato Diego -es lu muerte de María por necesidad o exigencia de su naturale.za humana; la cuali sin embargo, no llegó a producir sus •efectos destruc– tores del organismo por enfermedades o agotamiento senil, sino por ob.edien,cia y amor. Nada de inmortalidad ofrecida y renunciada libre– mente, sino que la obediencia y el .amor. son, según .el Beato, las que• realizan el hecho .de la muerte de María, a la cual en prtncipio se ha– llaba necesariamente sujeta por la innata condición de su naturaleza. Mas ,en este caso, concediendo que la violencia del amor divino pueda producir la .muerte, no vemos cómo la obediencia podía ser causa física destructora del organismo de Mll!ría Santísima. Pe,ro además, y sobre todo, esta inte,~pretación no puede ser la verdadera, so pena de admitir evidentes contradicciones en el mismo contexto y casi en la misma pá– gina. Lo que fray Diegó afirma a continuación, como veremos .en los párrafos siguientes, sobre la libertad en que Dios dejó a la Vir,gen para que pudiese elegir entre •el morir. o no morir pugria abiertamente con · esa frase; entendida en el sentido de que María estaba sujeta a la muerte por ley de naturaleza; y lbs apuntes que preparó para su defensa ante la Inquisición, transcritos más adelante, nos demuestran con toda evi– denda cuál ,erE!, su pensamiento, a saber: que María ·gozó de .verdadera (32}. Obras, tomo V, p, 179. En la primera edición de este sermón (Málaga [1798], p. 52) . el párrafo arriba transcrito tiene otra redacción más abreviada· y menos exacta. Hay 'en él una frase que, considerada aisladamente '.y sin tener en cuenta el pensamiento y la intención siempre ortodoxos del Beato, pudiera interpretarse en sentido pelagiano. Dice asi: La muerte que pone fin a la vida de los hombres es una propiedad o C<Jndi– ción inseparable de la humana naturaleira, que siempre la hubiera padecido aunque Adán no hubiera pecado, !y es también pena que impuso Dios por la culpa que heredamos. de aquél .con el rea.to de su delito. Sus palabras han· ido algo más allá de su pensamien° to. Ha querido decir que el hombre era mortal por naturaleza, pero sus palabras pare– cen indicar· que aun en él estado dé justicia original la muerte ·fué inseparable del hom– bre, lo cual serfa pelagianismo manifiesto. Un religioso capuchino de Catalufía se lo ,hizo notar ·caritativamente, y fray· Diego, después de haber comprobado que el caso era cier~ · to, se delató a si mismo a la Inquisición (afio 1799), pará humillación propia y a fin /. de prevenirse contra la delación que con. pntenciones menos rectas pudiera presentar .al- / ¿, guno ·de si¡s muchos adversarfos. Esta autodelación no tiene relación alguna con el pro- • ceso iniciado contra sus obras en 1800, del. cual trataremos en seguida. En la segunda · edición de esta obra, que es la que seguimos en nuestro trabajo, modificó dicho párrafo en la forma 2.rriba transcrita y ad.emás puso al principio una larga Advertencia (pági~ 'nas 131-140); y en la portadilla (pág. 127) suplica al lector que no deje de leer dicha Advertencia. Lo relativo a esta áutodelación puede verse en nuestra Reseña bibliográ– fica, p. 111, y más· extensamente en el padre S. D.E UBRIQUE, Vida del beato Diego, , .tomo I, Sevilla 1926, p. 584-587.

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