BCCCAP00000000000000000001689

Hno. Carlos Bazarra ofm.cap. esto sea un programa tomado en cuenta. Con el menor pretexto lo pasamos por alto. Somos "ekklesia", comunidad, pero no cualquier tipo de comunidad sino especí– ficamente "fraternidad". Lo jerárqui-co no se niega: es de institución divina. Negamos el estilo jerárquico de las sociedades civiles: "Los reyes de las naciones las dominan... no así entre ustedes" (Le 22, 25-26). Negamos la dominación, no el servicio. A pesar de ciertas sutilezas de los dictadores de todos los tiempos, la dominación nunca será servicio, y el servicio nunca será domi– nación. FORMACION En estas coordenadas tiene que cuadrar la formación. El concepto de formación es más globalizante y profundo que el de instrucción, adoctrinamiento o educación. La formación llega a lo nuclear de la persona, su "forma mentis", su espíritu, su carisma. Es bueno tener presente la afirmación del gran filósofo y pedagogo latinoamericano Paulo Freire, acomodándola a nuestro tema: "Nadie se forma solo, nadie forma a otro, tOdos nos formamos en fraternidad". Se ha demostrado que es más eficaz la relación horizontal (del testimonio, del afecto, de la cercanía) que la relación vertical (del autoritarismo, de lo impositivo, de lo lejano). En este sentido denso, es obvio que la formación constituye un proceso sin fin, porque dura toda la vida. La formación deviene "conformación", comunicación de vida, experiencia compartida. La conformación no consiste sólo en unos objetivos a lograr, sino en el itinerario, ESPIRITUALIDAD Y FORMACION CUADERNOS FRANCISCANOS JULIO/SEPTIEMBRE 1998 Nº 123 en el método, en el proceso histórico. Yo diría que es más importante el camino que la meta. Dios respeta siempre la maduración personal de nuestra historia, para que al final seamos nosotros mismos los que entramos en la realización plena de la comunión, y no pseudo-personas maduradas artificialmente. La pedagogía divina, según Juan Luis Segundo, no es un aprendizaje de primer grado en el que se transfieren contenidos o verdades. Es precisamente un aprendizaje de segundo grado que imparte tin método antes que unos contenidos ("El dogma que. libera"). Para entendernos, digamos que no basta con ser humano, hay que serlo humana– mente. No es suficiente anunciar el Evangelio, hay que hacerlo evangélicamente. Hay que superar la dicotomía del mensaje por un lado y la vida de los mensajeros por otro. La misericordia únicamente se proclama practicando la misericordia. Y la fraternidad sólo se anuncia fraternalmente. Sólo una cita patrística para corroborar el aserto: "Fíjate que el Señor dice en primer lugar: Yo soy el camino, yo soy la verdad, yo soy la vida" (S. Agustín, Tratados sobre el Evangelio de Juan). Y otra cita de un gran fisioterapeuta australiano: "Una postura correcta, obtenida por la fuerza, resulta incorrecta" (Frederick Matthias Alexander). CONDICION DE JUNIOR O POST-NOVICIADO Vengamos al tema de la Vida Consa– grada. Me inquieta que se hable de la formación como algo previo a la Vida religiosa. Porque la formación, la confor– mación, no es epidérmica a la vida. La vida

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz