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ESPIRITUALIDAD Y FORMACION CUADERNOS FRANCISCANOS JULIO/SEPTIEMBRE 1998 Nº 123 Hno. Carlos Bazarra ofm.cap. RELACION FORMADOR-FORMANDO "EL ACOMPAÑAMIENTO" EVANGELIO Se hace realidad el Evangelio cuando las personas dejan de ser objetos para comenzar a ser sujetos. "El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado" (Me 2, 27). Es otro error en el que solemos caer. Con la mejor voluntad del mundo con el afán de imponer algo que juzgamos excelente, violentamos y despersonalizamos. Mientras uno no sea sujeto de su historia y de sus decisiones, no traspasará el umbral de la vida evangélica. Será un ser pro-gramado, pero nunca una persona. Y en el supuesto que logremos de nuestros jóvenes religiosos que actúen con personalidad, la formación discurrirá por los cauces de la relación sujeto-sujeto. Si en cualquier circunstancia la vida degenera en relación sujeto-objeto, no nos engañe- mos: estamos en las antípodas del proyecto de Jesús. Eso no sólo en el terreno de la formación, sino en todos los niveles de la vida eclesial: gobierno, pastoral, sacra– mental... Las subordinaciones impuestas y no asumidas libremente, son contrarias al Espíritu. Leer y meditar el proyecto de Jesús distanciándose del programa farisaico: "Ustedes no se dejen llamar 'Rabbi', porque uno solo es su Maestro; y ustedes son todos hermanos. Ni llamen a nadie 'Padre' en la tierra, porque uno solo es su Padre, el del cielo. Ni tampoco se dejen llamar 'Directores', porque uno solo es su Director: el Cristo" (Mt 23, 8-10). Las contraposiciones son claras: Un solo Maestro, un solo Padre, un solo Director (Dios, Cristo) y del otro lado todos nosotros hermanos. No estoy muy seguro de que