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Miguel Anxo Pena González Salmanticensis 71-1 (2024) 155-165, ISSN: 0036-3537 EISSN: 2660-955X 164 No me detengo en recorrer cada una de los reconocimientos que ha recibido, en forma de doctorados honoris causa —o como caballero de diversas órdenes—. Su vida y buen hacer prueban que el dicho italiano, que —él mismo ha referido alguna vez— no es del todo cierto: “Los benedictinos cogen un campesino y hacen de él un caballero, los capuchinos cogen un caballero y hacen de él un campe- sino”. 6. RECAPITULANDO Fray Seán P. O’Malley es un rostro vivo y luminoso del catolicismo actual, que se entremezcla con esa imagen tradicional y sobria del capuchino. Como si de otro Sócrates se tratara, se ha entregado en la búsqueda de la dignidad y el bien común de las personas, especialmente de aquellas más necesitadas. Su ministerio es una prueba de fidelidad y lealtad a la Iglesia de Cristo. Y, en ella, su principal tarea como pastor ha sido ser instrumento de paz y de comunión fraterna, conectando a personas y situaciones rotas, logrando ser un auténtico seguidor del Poverello , tal y como queda reflejado en su lema episcopal: “ Quodcumque dixerit facite ( Haced todo lo que Él os diga )” (Jn 2,5). Su vida es un testimonio del trato caballeroso en medio del límite, de rechazo de la corrupción, de la mentira, de la mala educación, del trabajo mal hecho, de la política corrupta. Y, al mismo tiempo, una llamada a sentirse orgulloso de los mejores, de que el esfuerzo tiene valor, de que somos más cuando trabajamos de manera colaborativa, de que es posible la competencia, pero siempre dentro de los marcos de la nobleza… Vuelvo a Cervantes, porque él lo expresa de manera admirable por medio de D. Quijote: “—Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro ” 11 . Su figura y su trayectoria vital, además de sus estudios sobre nuestro Siglo de Oro, evocan a aquel otro gran hijo de san Fran- cisco de Asís, el cardenal Cisneros: el cardenal O’Malley es otro capuchino ves- tido de cardenal, conservando siempre debajo hábito y cordón con un proceder sencillo y de menor. Les invito a todos a vivir en la conciencia de recuperar la nobleza de espíritu, que nuestro candidato expresaba de manera magistral: “La búsqueda de la luz surge espontáneamente en nuestro corazón. No podemos vivir sin ella. La luz de Cristo nos permite encontrar significado, descubrir nuestra propia identidad y 11 Miguel de Cervantes, Don Quijote , cap. XVIII, 4.

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