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PERSONAL A lo largo de estos diez años, nuestro eterno y agudo problema ha sido el del personal. En la medida en que fue ampliándose nuestra zona de acti– vidad, surgían por todas partes más posibilidades, proyectos y solicitudes. En la medida en que aumentaron las realizaciones, hubiera correspondido aumentar también el personal. Esto no ocurri6. De ahí deriv6 esa cierto desequilibrio o desajuste en el cual hemos navegado perpetuamente. casi desde el principio hasta ahora. Por largas temporadas alguno de los hermanos estaba casi siempre ausente en las giras por el país o por otros países en cursos, encuentros o jornadas. Mientras tanto en la casa quedaban dos, a lo sumo tres her– manos. En lo reforente al número de hermanos, siempre hemos aspirado, como ideal, a que hubiera residiendo en el Centro cualro o cinco hermanos. Si se dan largas ausencias de alguno de los hermanos, siempre existe la posi– bilidad de que los demás hermanos organicen y vivan una verdadera vida de fraternidad, tanto a nivel personal como a nivel comunitario. Dos hermanos, tres hermanos pueden establecer excelentes relaciones intsrpersonales, relaciones de aceptación, adaptación, comprensión, comuni– cación y acogida. Pero no basta. Existen también exigencias comunitarias porque la fraternidad es también una estructura social, exigencias como una comunidad de vida, como una comunidad orante y como gobierno fraterno. Y para esto se nec3sita un cierto número de hermanos. Normalmente hemos sido tres, otras veces, cuatro hermanos. Hemos ele– vado repetidamente nuestro clamor en los capítulos provinciales y generales. Siempre nos ha conmovido el interés y el cariño de parte de las altas auto– ridades de la Orden respecto de nuestro instituto. Pero casi siempre, todo terminó en eso, en cariño y promesas. HACIA EL FUTURO Nuestros proyectos hacia el futuro, para renovarnos y crecer, se orientan en dos o tres direcciones. Quizás nuestra revista (CUADERNOS) ha sido demasiado intelectual y un tanto pesada. A v.sces se nos quejan, particularmente las hermanas, de que no se pueden seguir o digerir algunos artículos por su densidad y longitud. Todos querrían, también nosotros, un poco más de agilidad. Pero por otra parte, al parecer, no se quiere que la revista pierda su carácter de solidez que ha tenido hasta ahora. Al parecer, nadie querría que la revista tomara un aire magacinesco o periodístico de tal manera que, una vez leída u hojeada, se bote al canasto de los papeles viejos. A veces lo que tiene -16-
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