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El Crucifijo de San Damián, al hablarle, serena su espíriti¿ al de– volverle la esperanza; torna penetrante su miradci para descubrir a, su alr.ededor las grietas de lff angustia y la pobreza; aquilata la bondad de su corazón para ir al encuentro del hombre y para marchar al encuentro de Cristo en cada hombre. El caniino lo descubre al abrazar y besa1· al leproso. Todo resulta claro. Bajo la rnáscara repelente d,e la lepra. descuhre un herma,no, . el "hermano cristiano" ~irfl,agen de Cristo-. Todo se simplifica. Cristo está cerca. Está allí, disminuido y doliente, necesitado de abrig,0, de pan, de aceptación, de ayuda y cariño. El camino se le aparece con nitidez a partir de aquel rn01nento. As– pero, difícil,. interniinable... No puede ya perder tiernpo en disquisicio– nes y evasivas. ANDAR. ANDAR. Esa es la urgencia. VA HACIA EL MUNDO EN ACTITUD DE SERVIDOR: FRATERNO, POBRE Y MENOR; AUTENTICO HERALDO DE LA PACIFICACION Y DE LA ALEGRIA. Auténtico contemplativo, nada le cuesta recogerse en la celdci de su, corazón para s.olcizarse con el Padre y el Am1:go. El mnndo universo es el convento y la palestra de su consagración, vivida en alabanza, gratitud, dád'ivci fraterna de cuanto ha recibido. Atesora en sit espíritu rosfros y amistades. Cacla hermano le pro– porciona, en sus cualidades, motivos para la ad1niración y la complacen– cia. Todos, hijos del Padre c01nún, muestran los rasgos de s-u estirpe. Alto preC'io ha pagado Francisco por su Ubertad. Por ello :jamás har brá de subastarlci en el mercado del interés, de la, ambición o de la va– nidad. Ante la mirada del Padre y de los honibres,, le gusta caminar humilde -pisando la tierra, "hurnus" - ·vcwío de sí, ansioso y expec– tante, com,o los surcos y como lo,s aves. Cómodo y alegre se mueve por el mundo, la casa del Padre. En su Cántico no caben aullidos de fiems ni rencores de hermanos. Para él la paz es como la luz o como el aire. Sin pciz la vida se torna imposible, se extingue. La diplomacia pacificadora de Francisco no se lim'ita a la emoción que provocan sus estrofas inspiradas. Con lucidez y hondnrci sabe llegar a las causcis que enfrentar a los "maiores et minores", al obispo y al podestá, a los vecinos de Gubbio y al lob,0 feroz. Sabe qiie la ferocidad anida, siempre en cada uno de los contendores. Jamás se detendrá en un estilo de paz que sigrdfique seguridcid para. unos y resignación para otros. Como apóst.ol mueve a la conversión; en tanto que pacificador lúcido y eficaz, exige que la conversión se exprese en acuerdos donde se respete el derecho de los más débiles. Las Flore.. ciUas, en el relato del lobo de Gubbio, nos permiten conocer la prolija diplomacia que empleaba, Francisco. VIVIR y AC1 1 UAR A LA MANERA DE FRANCISCO: HOY, EN NUESTRO MEDIO. No bastan evocaciones ni c,elebraciones con estilo propagandístico o poses declamatorias. Nuncci pensó él que fuera suficiente llenarse la boca c,on los relatos maravillados del heroísmo de: los santos. La vida SE VIVE, no simplemente SE CUENT11. fr. Anselmo Gómez -138-
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