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La migración mundial de personas y su desafío para Estados Unidos y Europa 181 Salmanticensis 71-1 (2024) 167-182, ISSN: 0036-3537 EISSN: 2660-955X Mi tema de hoy, la migración global, tiene una complejidad y alcance que van más allá de todo lo que vimos en el siglo XX. Simplemente en términos numéricos, esta migración eclipsa a sus predecesoras, pero incluso las cifras no transmiten todo el dramatismo del desafío que enfrenta nuestro mundo. Hoy, a través de los múltiples medios de comunicación, vemos lo que sucede en tiempo real. Diaria- mente en mi país hay caras nuevas, nuevas esperanzas y nuevos sueños decepcio- nados en nuestras computadoras, en las noticias de la noche y en los valientes informes de hombres y mujeres que no permitirán que el Norte Global ignore lo que está sucediendo en el Sur Global. Volviendo a la sección inicial de este artículo, no hay una sola voz más estre- chamente asociada con esta realidad del movimiento mundial de familias y niños que el Papa Francisco. Al preparar este ensayo volví a repasar los dos discursos que pronunció en Estrasburgo ante el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo. Es de destacar que llegó a ambos órganos en 2014, el primer año de su papado. No tan pronto como a Lampedusa y Lesbos, pero sí muy pronto: una señal del vínculo histórico duradero del Sucesor de Pedro y el pueblo de Europa. En ambas ponencias se destacó el tema de la migración global. Dado que las conferencias en Estrasburgo fueron hace diez años, el tono del Santo Padre tenía un poco menos de urgencia que su descripción de la crisis humana actual. Pero no había duda de que incluso entonces la migración estaba en su lista de desafíos morales más im- portantes para Europa y más allá. En ambos discursos, el Santo Padre se refirió en gran medida a la tradición cristiana occidental y al lugar de la Iglesia y de las naciones de Europa en su desarrollo y contenido. Creo que leer estas conferencias a través de la lente de la migración es ver y casi escuchar la convicción y la esperanza del Santo Padre de que Europa aprovechará su herencia de fe y razón para responder creativamente a quienes están a sus puertas. Como lo expresó en otros escritos: quienes llaman a las puertas de nuestras naciones nos ofrecen en el Norte Global un encuentro con el Dios vivo entre nosotros. En ambas conferencias, ante el Parlamento y el Consejo de Europa, el Papa Francisco invitó a ambas instituciones a reflexionar sobre la vocación de Europa, el papel que ha desempeñado en el pasado y el papel que puede desempeñar hoy. Como dijo ante el Consejo de Europa: “siento el deber de señalar la importancia de la contribución y la responsabilidad europea en el desarrollo cultural de la humanidad”. Describió el propósito de su discurso ante el Parlamento Europeo como un “mensaje de esperanza y compromiso”, y se centró en la dignidad de la
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