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La migración mundial de personas y su desafío para Estados Unidos y Europa 179 Salmanticensis 71-1 (2024) 167-182, ISSN: 0036-3537 EISSN: 2660-955X encuentran actualmente en nuestras fronteras. A menudo se trata de políticas y pro- cedimientos bien heredados del pasado, o bien que se están considerando actual- mente y que exacerban las ya terribles condiciones de los migrantes y refugiados. - La separación o detención de familias causa daños a largo plazo a los niños. Entiendo que en una crisis a veces se adopten medidas severas; los niños, al menos, deberían ser absolutamente inmunes a convertirse en peones incluso en una crisis; por lo tanto, debemos oponernos enérgica- mente a la continuación o el restablecimiento de la detención de familias o la separación de niños y familias. - La aprobación de la “Afghan Adjustment Act” (Ley de Ajuste Afgana), que proporcionaría un camino directo hacia un estatus legal permanente para quienes ayudaron a las fuerzas estadounidenses en Afganistán y han huido a Estados Unidos en busca de protección. - Proporcionar alguna garantía de representación legal universal para quie- nes enfrentan la posibilidad de ser deportados; la complejidad del pro- ceso de asilo requiere orientación profesional. - Capacitación adecuada y normas de conducta aplicables para todos los que tienen contacto directo con los migrantes en la frontera. - Reconocimiento, en el debate sobre la inmigración, de un argumento que el Papa Francisco plantea continuamente: los migrantes y refugiados no son principalmente un problema que resolver, sino seres humanos seme- jantes; son un recurso humano futuro para el país, y en la comunidad económica y empresarial, hoy se les considera potenciales contribuyentes a la escasez de personal en diversos mercados laborales en todo el país. 3. LA UNIÓN EUROPEA (UE) Y LA MIGRACIÓN Habiendo tratado de transmitir el contenido y los desafíos que la migración global presenta a Estados Unidos, mis objetivos deben ser necesariamente modes- tos cuando me enfoco a analizar la situación en países, culturas y en una institu- ción única —la UE— que no conozco tan bien. Mi propósito no es realizar un análisis detallado, sino ofrecer una perspectiva desde la Iglesia en los Estados Unidos, desde donde vemos el potencial de la UE y las iglesias locales de Europa para ayudar a resolver estos desafíos.