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Cardenal Seán Patrick O’Malley Salmanticensis 71-1 (2024) 167-182, ISSN: 0036-3537 EISSN: 2660-955X 176 La Iglesia Católica suele ser descrita en esta historia como una comunidad de inmigrantes y esa es una afirmación precisa. La historia de la inmigración ha he- cho del catolicismo la comunidad religiosa más grande de los Estados Unidos. Actualmente, los descendientes de los inmigrantes se han integrado en todos los sectores de la vida estadounidense y están representados en todo el espectro de la vida económica del país. Hoy toda esa historia es relevante para poder comprender en qué nos hemos convertido, pero ahora obviamente estamos viviendo un nuevo momento en la vida de la Iglesia y del país. En este nuevo capítulo el flujo de inmigrantes ya no es de oeste a este, sino de sur a norte. Los países de procedencia dominantes en los últimos años han sido Cuba, Haití, Venezuela y Nicaragua. Pero en mi Arquidió- cesis de Boston también tenemos las comunidades brasileñas y ugandesas más grandes de nuestra zona. Hoy los hispanos son la comunidad de más rápido crecimiento en los Estados Unidos. La Oficina del Censo de Estados Unidos estima que para 2050 la pobla- ción hispana representará el 30% de la población total de Estados Unidos. Hoy en día, en la comunidad católica, los hispanos representan el 40% de todos los católicos. Brindarles atención pastoral es un desafío importante. Las parroquias son la forma principal de llegar a ellos y estas actividades se complementan con el trabajo de nuestras agencias de servicios sociales como Caridades Católicas y con otros recientes esfuerzos para brindar una educación en escuelas católicas no solo a los católicos, sino también a otras comunidades minoritarias en el área de Boston. El patrón de cómo las diócesis de todo el país se han visto afectadas por la reciente ola de inmigración y cómo han respondido es muy diverso. Usando Boston como ejemplo, somos la cuarta diócesis más grande del país; en el estado de Massachusetts había más de 25.000 inmigrantes y refugiados recién llegados en diciembre de 2023; el Gobernador tuvo que declarar el estado de emergencia a causa de este nuevo flujo de inmigrantes y ha fijado el límite de acogida en alber- gues en 7.500 familias. Ya se ha alcanzado ese límite y decenas de familias e individuos permanecen en listas de espera o en alojamientos de emergencia. Ca- ridades Católicas de Boston ha aumentado su oferta de camas de refugio en un 130% en el último año. Otras agencias como la Sociedad de San Vicente de Paúl han trabajado con parroquias para recoger ropa para el invierno. La Arquidiócesis ha ofrecido al estado una lista de edificios que se utilizarán como refugios. Otras organizaciones sin fines de lucro, religiosas y seculares, están realizando esfuerzos
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