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12 S. ARA len ser quienes de hecho y derecho constituyen una provincia reli– giosa. La ciencia e investigación más moderna suelen concluir que los pequeños grupos terminan por desintegrarse. Por todo ello no nos gusta insistir demasiado en el concepto de fraternidad local, menos aún en la necesidad de una pequeña fraternidad o equipo. Preferimos hablar de la fraternidad provincial con lln respetable número de religiosos entre todos los cuales se dan unas relaciones humanas que ponen a prueba la capacidad de madurez afectiva de todos y cada uno de ellos. III. LA VERDAD DE LA FRATERNIDAD EN EL CAPÍTULO VI DE LAS CONSTITU– CIONES DE LOS HERMANOS MENORES CAPUCHINOS l. El término fraternidad es sin duda ninguna usado abusivamen– te y de forma indiscriminada en las Constituciones Capuchinas. Se de– nomina fraternidad a la Orden y se llama igualmente fraternidad a los religiosos que constituyen la provincia, el convento o cualquier clase de agrupación de Hermanos. Con el término fraterno se cali– fican infinidad de actuaciones. Creemos sin embargo que una detenida lectura de la Constitu– ción 73 no da pie a una interpretación ambigua. Dice textualmente: «Jesucristo, primogénito entre muchos hermanos, constituye con todo el género humano una verdadera hermandad, y está presente como vínculo de unidad en medio de los que se congregan en su nombre. La Iglesia, comunidad de todos los creyentes, favorece las institu– ciones cuyos miembros promueven las relaciones fraternas en co– munión de vida y de caridad. De este modo, no sólo se desarrolla en la libertad la dignidad humana de los hijos de Dios, sino que también se incrementa la eficacia apostólica. San Francisco suscitó por inspiración divina una forma de vida evangélica que fue la fra– ternidad. Al profesar nosotros esa forma de vida, quedamos cons– tituidos en verdadera orden de hermanos. De ahí que, unidos por la fe en Dios nuestro Padre y alimentados en la misma de la palabra divina y de la eucaristía, debamos amarnos mutuamente, de modo que el mundo pueda reconocernos como discípulos de Cristo.» 2. La fraternidad, encuentro de relaciones humanas. La vida so– cial responde a la exigencia en el hombre de relaciones humanas. Pues bien, la fraternidad descrita por la Constitución 73 de los Her– manos Menores Capuchinos destaca preferentemente esa necesidad

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