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FRATERNIDAD 23 muy diversos. Estos Hermanos deberán ser capaces de apreciar en su justo valor cada una de las diversas actividades y profesiones y la razón de la distinta formación, exigida para el buen desempeño de las mismas. El antagonismo entre miembros clérigos y no clérigos será superado sólo cuando las personas, respondiendo a una verdaa dera madurez de criterio, aprecien y estimen la multiplicidad de ocupaciones o servicios como necesarios a la fraternidad y a la co– munidad eclesial. Se impondrá una selección humana muy afinada. 2. La fraternidad, grupo en vías de conversión y cambio en las re– laciones humanas. Este es un signo de los tiempos, de forma que en– tre las notas peculiares de la fraternidad auténtica deberá enume– rarse el empeño y actitud por la reforma de las relaciones humanas que se consideran caducas en nuestra sociedad. Un valor perenne del ideal de fraternidad o vida comunitaria franciscana ha sido siem– pre el de potenciar al máximo las relaciones personales de quienes se encuentran unidos por una llamada de la Providencia y con el fin de hacer más realizable una vocación que se caracteriza por el amor y servicio al Hermano. Se exigirá una enseñanza de la práctica de relaciones humanas y dinámica de grupo. 3. Fraternidad, búsqueda comunitaria en actitud de oración. La búsqueda individual de los valores sobrenaturales se realiza a tra– vés del contacto personal que llamamos oración. Cuanto más intensa sea esta actitud de oración individual más intensa será la participa– ción comunitaria. La una no podrá suplir a la otra. Pero la reflexión o coloquio espiritual, la comunicación de experiencias, la medita– ción participada del evangelio, la celebración comunitaria de la pe– nitencia y de la palabra, la revisión de vida y demás modos de ora– ción o búsqueda del Señor en grupo han de caracterizar, sin duda ninguna, la comunidad religiosa del futuro. La liturgia de las horas juntamente con la celebración de la Eucaristía ocuparán el lugar preferente en esta actitud de oración, meta buscada por la fraterni– dad capuchina del pasado, del presente y del futuro. 4. La fraternidad, comunidad de trabajo y recursos. Sin embar– go no será la fraternidad del futuro la que busque trabajo al indivi~ duo maduro y responsable. Se significará por una solidaridad huma– nofraterna con todos y cada uno de los trabajos de los Hermanos. Pondrá mayor empeño para que la autonomía económica por la que luchan muchos de los Hermanos no mine los fundamentos del voto de pobreza, sino que se convierta en expresión auténtica de acercamien– to a las gentes más humildes y económicamente débiles. El futuro de la fraternidad como expresión comunitaria de una