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ARTICULOS Etapas históricas de la vocación franciscana femenina Fr. Lázaro lriarte, ofm cap. Es tema ya manoseado en estos años el de la evolución que ha tenido el papel de la mujer en la vida de la Iglesia a través de la historia. Y no es necesario decir que las formas de expresión de la consagración femeni– na siguen una trayectoria paralela a la del tipo de presencia en la realidad eclesial. El momento histórico, en que Fran– cisco de Asís descubrió el evangelio como "forma de vida" propia y de su fraternidad de pobres y lo anunció a los hombres, se caracteriza como el punto culminante de la idealización caballeresca del bello sexo, la galan– tería.. Es entonces cuando se acuña en algunas lenguas romances una nueva denominación, que ha perdurado: da– me, donna (domina). La Edad Media se complace en rodear de misterio la imagen del eterno femenino, en vis– lumbrarlo entre velos y celosías, puri– ficado cuanto más se pueda de los contornos terrenos. En el fondo de esa idealización, que obra fuertemente en la preocupación de la Iglesia jerárquica, precisamen– te en el curso del siglo XIII, hay una concepción despreciativa de la mujer como ser real. Una tradición ascética de sello monástico hace de las hijas de Eva algo así como el símbolo de la fragilidad, de la volubilidad, de la tentación, un "dulce veneno" del que debía estar alejado el "siervo de Dios" (1). (1) La expresión es de Tomás de Celano, 2 Ce! 112. En un clima como ése es fácil com– prender que tuviera éxito toda inicia– tiva orientada hacia una reclusión progresiva de las "esposas de Cristo", mientras despertaba recelo cualquier intento de una encarnación en la realidad social o de una realización en iniciativas apostólicas de la mujer que se sentía llamada al seguimiento integral de Cristo. Con todo, tales in– tentos existieron, sobre todo en agru– paciones de ambiente artesanal: rama femenina de los humillados, las begui– nas, etc. Pero lo que tal vez podría pa– recer aceptable en las hijas del pue– blo trabajador no era bien visto tra– tándose de ·jóvenes nobles. El reclamo del franciscanismo fe– menino, presente y operante desde los comienzos, habría de abrirse paso en– tre ese complejo de impulsos hacia el misterio de la vida escondida tras las rejas, vida que Francisco y Clara su– pieron valorar justamente, y de apre– mios de presencia y de acción en el contexto urbano de aquella nueva so– ciedad de artesanos y comerciantes. La locura de Francisco "fascina" a la mujer En la Leyenda de los Tres Compa– ñeros, rica de preciosos detalles sobre los años del proceso de conversión de Francisco y los comienzos de la fra- 187

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