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ARTICULOS La fraternidad se ha visto enriquecida con la presencia de jóvenes que pasan largas temporadas con los hermanos, hasta de dos ó tres años, y que generalmente termina con una opción cristiana en medio de un mundo en plena secularización. La actividad apostólica más importante es la que desarrollan entre los sacerdotes de la zona, verdaderos amigos de la fraterni– dad y que comparten con ellos sus preocu– paciones pastorales. El obispo de la dióce– sis ha comprendido así la misión de la fra– ternidad y le ha concedido amplio apoyo y confianza. La Iglesia de la localidad -una bellísima iglesia románica del siglo XII- sirve a la fraternidad de marco para la oración comu– nitaria, a la vez que centro de acción pasto– ral. El trabajo profesional de los no sacer– dotes ha permitido una magnífica inserción en el pequeño poblado y en la región. A pesar de los límites que provienen de la imperfecta asimilación del proyecto evan– gélico, la fraternidad se declara feliz de la experiencia que está realizando. Piensa que es uno de los caminos del futuro de las fra– ternidades franciscanas, llamadas a encon– trar las verdaderas raíces de nuestra voca– ción: la experiencia de Dios y de Jesucristo. A partir de ahí, se deben reinventar las for– mas de vida adaptándolas a los tiempos que nos toca vivir. Conclusión Al término de esta comunicación sobre las fraternidades de retiro, quisiera enumerar, con espíritu crítico, los aspectos positivos y negativos que presentan las experiencias de vida contemplativa franciscana: l. Todas tienen como finalidad la obser– vancia de la Regla de san Francisco, practi– cada "simple, puramente y con santa obra" (17). Pero esto, no puede realizarse sin un serio compromiso de vida contem– plativa, la cual debe ocupar el primer lugar y a la que "todas las otras cosas temporales deben servir" (18). (17) Test 38. (18) 2 R V, 2. 20 2. Ninguna. .fraternidad excluye el apos– tolado, realizado según el contexto cultural y las necesidades espirituales de cada país. El carisma · personal es respetado y estimu– lado por la fraternidad. 3. En todas las fraternidades, la estruc– tura de base de la vida comunitaria, está formada, según el espíritu de san Francisco, por la Liturgia de las Horas, la Eucaristía y la meditación personal silenciosa (19). 4. Un elemento común a todas las frater– nidades, que es muy apreciado, el silencio, que no significa ausencia de ruido, sino pre– sencia sentida de Dios. 5. Frente a estas experiencias que in– tentan abrir un nuevo camino en la Orden, se constata que la mayoría de los hermanos de cada una de las Provincias, las observa con ·indiferencia y desinterés. El número de los participantes indi'Ca que la experiencia ha sido muy aceptada. Desde enero de 1974 a mayo de 1977, han pasado por la fraternidad 225 personas, de los cua– les 129 fueron capuchinos, 96 sacerdotes se– culares y 33 r-eligiosos de otras congregacio– nes. He pasado muy pocos días en ·la fraterni– dad de Arth, ya que la dificultad de. la len– gua alemana me .impedía compartir la vida de la fraternidad. Pero por el número de participantes se puede afirmar que muchos frutos maduran en esta experiencia de reco– gimiento y de silencio. Al abandonar la fraternidad, cada grupo es invitado a expresar por escrito las im– presiones recibidas. Casi todos insisten en los siguientes aspectos: a) La alegre y fra– terna ·atmósfera de la fraternidad. b) El si– lencio en toda la casa, con excepción de las horas de comida. c) La renuncia a la televi– sión. d) La oración litúrgica preparada y ce– lebrada con sencillez. e) La posibilidad de las varias formas de meditación, tradiciona• les o con ayuda de técnicas orientales. f) Los seminarios generales. g) Muchos afirman que han descubierto un verdadero modelo de vida comunitaria franciscana. (19) O. van Asseldonk, De Traditione vitae orationis in ordine nostro, en AOFMC 89 (1973), p. 75. ·

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