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que presente proyectos concretos de renova~ ción" ( 11). La iniciativa, como se ve, parte del vérti– ce de la Orden e interpreta una exigencia de renovación ampliamente difundida entr e los miembros de las familias franciscanas, espe– cialmente después de la renovación de las Constituciones. Las nuestras, dicen al res– pecto: "en 'Cada provincia o región pueden establecerse casas de retiro espiritual, don– de los hermanos se dediquen por algún tiempo a vida más intensa de oración y de penitencia evangélica. Compete al capítulo provincial o a la Conferencia de superiores mayores decidir sobre la oportunidad de di– chas casas, erigirlas y dar normas para su régimen" (12). Todas las fraternidades tie– nen, pues, un tiempo de experiencia relati– mente corto para que pueda ofrecer un mo– delo definitivo de vida contemplativa. He escogido tres tipos de fraternidades que re– flejan el pluralismo del carisma francisca– no dentro del contexto cultural y social de sus respectivas provincias y países. I. FRATERNIDAD DE RETIRO ITALIANA Situada en la provincia capuchina de Apu– lia, la visita a esta fraternidad hace recor– dar un pasaje de la vida de san Francisco, el del sueño profético que le hace renunciar a sus ambiciosos proyectos personales para consagrarse definitivamente a realizar los planes del Señor: "como manifestase su propósito de ir a Apulia para alistarse como soldado, Francisco oye en sueños su nombre y una voz que le dice: ¿quién puede premiarte mejor, el siervo o el Señor? A lo que contesta Francisco: El Señor. Si– guió la voz: ¿Por qué buscas, pues, al sier– vo en lugar del Señor? Añadió al instante el Santo: ¿Qué queréis que haga, Señor? Vuelve inmediatamente a tu ciudad natal, porque la visión que te he presentado tiene un sentido más espiritual" ( 13 ). La experiencia de esta fraternidad parte del presupuesto de que cualquier esfuerzo de renovación para vivir integralmente la (11) Constituciones G.en.erales O.FMC(!p. , n . 43. (12) Carta Encíclica "Tener el Espf.ritu del Señor", n. 24 .en Cuad. Fran. de Ren., 39 (1977) 173. (13) 1 Ce! 6. ARTICULOS. vocacrnn franciscana no puede prescindir ele una fi delidad fundamental a la Regla de san Francisco. Esta fi delidad, que ha siclo escogida como base del programa de vida de la fraterni da_d, no entienden reducirla al rígido esquema de una observancia literal, sino que intentan si– tuarla en cóntinuación a la r ica tradición capuchina que buscó desde los inicios de la reforma la fidelidad a la observancia espi– ritual de la Regla. Así, se refieren a las Cons– tituciones de 1536 que comienzan con estas palabras: "Para que nuestra congregación, como viña del Altísimo Hijo de Dios, se con– serve en la espiritual observancia de la evan– gélica y seráfica Regla, nuestro capítulo ge– neral ha creído oportuno ordenar algunos estatutos mediante los cuales podamos de– fendernos de todos los enemigos del vivo espíritu de nuestro Señor Jesucristo" (14). La tensión entre la fidelidad literal y la fidelidad al espíritu, aparece, sin embargo, en todos los puntos que la fraternidad se ha propuesto como camino particular de reno– vación: 1) Fidelidad a la pobreza; 2) Fide– lidad a la contemplación; 3) Fidelidad al trabajo; 4) Fidelidad a la caridad fraterna. 1) Fidelidad a la pobreza Entre las virtudes que impulsan el espíri– tu franciscano a una verdadera reforma, es decir, la oración, la penitencia y la pobreza, sin duda alguna el primer lugar corresponde a "Madonna Poverta". Esto prueba que la prá'Ctica de la pobreza es un problema cru– da! para la Orden. Muchos hermanos han perdido la confianza en la posibilidad de una vida pobre y desconfían de las hermosas pa– labras de los documentos elaborados en los Capítulos generales y en los Consej os Ple– narios de la Orden. Conscientes de esta verdad, los componen– tes de la fraternidad italiana de Apulia (4 religiosos), han querido manifestar en este punto de su programa la decisión de vivir la pobreza en su forma más radical. Tienen fe en las palabras del Evangelio que apli– can con toda literalidad: Por eso os digo: no andéis preocupados por ·vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, 'Con que (14) Primigeniae legislationis OFMCap., en Liber Memora/is Capuccinorum, suplementum vol. 44 AOFl\:I.C, 1928, p. 356. 17

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