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EL HOMBRE DE HOY EN EL PENSAMIENTO DE LA IGLESIA 173 uso de la libertad es la caridad que se realiza en la donación y en el servicio... Para poder servir digna y eficazmente a los otros, hay que saber dominarse» 13 4, hay que saber ser libre, es decir, humilde y pobre de espíritu, sin vanidad y sin propio, evangélicamente menor y hermano. Conclusión El P. Kajetan Esser, O.F.M., autoridad de primer orden en temas fran– ciscanos, sostiene estas dos tesis: que la Iglesia de hoy está en mejores condiciones que la Iglesia del Medievo para comprender los valores espe– cíficos del franciscanismo y que nunca como hoy, a juzgar por los signos de nuestro tiempo, tenemos la posibilidad y el deber de observar espiri– tualmente nuestra Regla franciscana 135 • El P. Mario von Galli, S.J., en un sugestivo libro sobre la Iglesia del futuro, se sirve de la figura de San Francisco para interpretar los signos del tiempo 136 • Las páginas que preceden pudieran concluirse subrayando también, en síntesis, la dimen– sión actual y profética del carisma franciscano. Queden, más modesta– mente, como un intento de aproximación a lo que tiene de más simple, auténtico y esencial el hombre Francisco como pauta de lectura del pen– samiento de la Iglesia del Vaticano II sobre algunos rasgos característicos del hombre de hoy. El hombre es un misterio. Un misterio que, como dice la Redemptor hominis glosando el Concilio, tiene su clave interpretativa en el amor. «El hombre permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y hace propio, si no participa en él vivamente. Por esto precisamente, Cristo, al revelarnos el misterio del Padre y de su amor, revela plenamente el hombre al hombre mismo» 137 • Francisco es un misterio. Pero un misterio de sorprendente simpatía. El misterio de un perfecto hombre evangélico, modelo de conciencia cris– tiana de la Iglesia que peregrina en la historia. El secreto de su perso– nalidad tan simple, tan pura, tan directa, está en haber sido un instru- 1,s4 RH 21. 135 Cfr. La Regla definitiva de los Hermanos Menores..., J. c., p. 114, 116. 13,s Cfr. Gelebte Zukunft: Franz von Assisi, l. c., P. 18. 131 RH 8, 10; Cfr. GS 22.
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