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158 FRANCISCO IGLESIAS 1mc10 y la sinceridad de afectoªº· En esta perspectiva, actualizando el Sermón de la Montaña, el franciscano encuentra un elemento inconfun– dible de su modo de vivir y de ser hombre 61 • No basta amar como hermanos, hay que amar como auténticos her– manos menores. Francisco ha logrado dar cauce y tono a sus tendencias altruistas domesticando evangélicamente la impetuosa autonomía de su Yo. Y en fuerza de ese autodominio de la ascética de la minoridad, Fran– cisco ha amado sabiendo respetar al hombre, sabiendo reconocer su dig– nidad personal y su individualidad. No obstante el magnetismo y la exu– berancia de su personalidad, ha sabido educar en tomo a sí figuras inconfundibles; basta recordar el mosaico de tipos y carismas diferentes de sus primeros compañeros y la estima que tenía de las dotes de cada uno 6 2 • No obstante la certidumbre de la divina inspiración en su vida, ha tenido siempre una especial sensibilidad ante la irrepetible fisonomía de los hermanos: por respeto al Espírtu del Señor «que sopla donde quiere» 63 y que reposa por igual en ricos y pobres, doctos e ignorantes, como solía decir y hubiera querido dejar consignado en la misma Regla 64 • De acuerdo con esto se explica su pedagogía diferencial y su realis– mo, siendo flexible, por ejemplo, ante las exigencias de la ley, de la Regla, acomodada en casos particulares a las circunstancias de los indi– viduos, del contexto y de la inspiración del Espíritu 65 , después de todo, no en vano recomendaba, por encima de las demás disposiciones, el santo 60 Cfr. RI 2, p. 92; 3, p. 93-94; 5, p. 95; 7, p. 96-97; 9, p. 98; 11, p. 99-100; 16, p. 101-102; RII 2, p. 110-111; 3, p. 111-112; 6, P. 113; 10, p. 115; A 23, P. 83-84; 24, p. 84; 25, p. 84; 26, p. 84; C p. 50; CL p. 73; CF p. 56 (y otras veces); Testamento de Siena p. 25; RE p. 117; María Sncco, Mansedumbre y cortesfa: virtudes del francis– cano, en SF 11 (1975) 191 ss. 61 Cfr. Constantino KosER, O.F.M., La espiritualidad de la Orden de los Hermanos Menores, en CFR 13 (1971) 6 ss.; Sebastián LOPEZ, O.F.M., La Regla de los Hermanos Menores, pacto de eterna alianza, en SF 10 (1975). 57 ss. 62 Cfr. EP VI, 85, p. 761-762; Constantino KoSER, O.F.M., La espiritualidad de la Orden... , l. c., p. 9-10; Aurelio LAITA, O.F.M.Cap., San Francisco de Asís, hov, en SF 18 (1977) 299 s. 63 Jn 3, 8. Cfr. CL P. 73. <» Cfr. IIC CXLV, 193, p, 341; Kajetan EssER, O.F.M., La Regla definitiva de los Hermanos Menores..., l. c., p. 109 s. 65 Cfr. RI 2, p. 92-93; 3, p. 93-94; 5, p. 95; 6, p. 96; 8, P. 97-98; 9, p. 98-99; 10, p. 99; 15, p. 101; 16, p. 101-102; RII 2, p. 111; 3, p, 112; 4, p. 112; 7, p. 114; 10, p. 115; CL p. 73; A 3, p. 78, etc...

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