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EL HOMBRE DE HOY EN EL PENSAMIENTO DE LA IGLESIA 147 de encuentro constante con Dios, alabanza de Dios, servicio y respuesta agradecida a Dios. Su vida será gracia. Todo, hasta las cosas y las per– sonas que le estorban para amar al Señor Dios, lo considera como una gracia 17 • La novedad de un horizonte teológico y de una sensibilidad religiosa insospechados educa su fe y le da una visión y un baremo diferentes a la hora de apreciar las cosas. «A los ojos de Dios hay algu– nas cosas muy altas y sublimes, que a veces son consideradas entre los hombres como viles y bajas; y hay otras que son estimadas y respetadas entre los hombres, pero que por Dios son tenidas como vilísimas y des– preciables» 18 • No es posible imaginarse ya al hombre Francisco sin tener en cuenta esta dimensión religiosa que magnetiza todo el potencial de su voluntad liberándolo de sí mismo y poniéndolo incondicionalmente, bajo el signo de la pobreza y de la humildad, en actitud de simple y alegre obediencia a su Señor. La experiencia de Dios como valor absoluto provoca un saludable conflicto en lo más hondo del propio Yo, del hombre carnal de Fran– cisco. A la luz de «la forma del santo Evangelio» y guiado por «el espí– ritu del Señor y su santa operación» 19 , va reconociendo sus propios lími– mes, su propia talla: «Cuanto es el hombre ante Dios, tanto es y no más» 20 , dirá como fruto de su misma e~periencia. Así, identificándose ante Dios, logra situarse correctamente ante los hombres. «Cuando un hombre realiza de manera auténtica la pura relación vertical con Dios, que encontramos en Francisco de Asís, cambia o crea algo en el ámbito de las relaciones horizontales» 21 • Seamos «sencillos, humildes y puros ... Nunca debemos desear estar sobre otros, sino, más bien, debemos ser siervos y estar sujetos a todos ...» 22 • Mediante un proceso armónico y realista va domesticando su egoísmo, su innata tendencia ·a la ambición y a afirmarse presumidamente, dando cauce a su altruismo, a sus sen- 11 Cfr. CM p. 71-72; AD p. 25-26. 1s CCt (II) p. 70; cfr. CCt (1) p. 69. 10 Cfr. T p. 122; RII 10, p. 115. 20 A 19, p. 83. Cfr. LM VI, l, p. 413; Kajetan EssER, O.F.M., Exhortación decimonona de San Francisco, en SF 3 (1973)' 71-72. 21 Yves M. CoNGAR, O.P., San Francisco de Asís o el absoluto del Evangelio en la cristiandad, en SF 16 (1977) 34. Cfr. Dicta Beati Aegidii Assisiensis, Bibliotheca Fran– dscana Ascetica Medii Aevi, tom. III, Ad Claras Aquas (Quaracchi-Firenze) 2 edit. 1939, VII, p. 27; Appendix, p. 82. 22 CF p. 57.

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