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LA SECULARIZACION ACTUAL 127 dirección doctrinal. Una obra como la del conocido tomista, C. Fabro, L'avventura della teologia progressista 6, inquiere las motivaciones ideo– lógicas de esa teología que ha llegado a aceptar «la muerte de Dios», para acusarla de disolver la teología en antropología. Aun en teología el hombre ha desplazado a Dios. En Christianisme sans Religion 7, el profesor de la Universidad de Lovaina, G. Thils, aborda con más serenidad el tema. Al preguntarse por las relaciones entre fe y religión, subraya estas dos actitudes contrarias. La primera es la de K. Barth, quien opta por una escisión radical entre fe y religión. Fe para K. Barth es la aceptación de la palabra de Dios. La religión, por el contrario, es el esfuerzo impío del hombre por acer– carse a Dios y apropiarse lo divino. Cualquiera advierte en esta actitud de K. Barth el repudio radical del pensamiento cristiano desde San Agus– tín y la teología medieval hasta nuestros días. D. Bonhoeffer y Harvey Cox asumen esta crítica barthiana. Pero por una consecuencia no espe– rada juzgan que el único modo de vivir auténticamente la fe cristiana es la vida secular, profana e irreligiosa. Dos rasgos caracterizan esta se– gunda actitud: por una parte se busca reforzar todos los valores tempo– rales de nuestra cultura, y por otra se rechaza todo intento de hallar respaldo al cristianismo en filosofías humanas y en instituciones mun– danales. La reflexión de G. Thils pone en relieve esa oscilación bascular que impulsa a estos autores a pasar de una condena radical de lo humano, como en K. Barth, a una aceptación total de lo secular, como Bonhoeffer y Cox; de una presencia de .Dios en nuestra vida como única luz de nuestra existencia en su revelación, a una ausencia total del mismo por innecesario y perturbador. Imposible detenernos a criticar estas posturas. Las hemos señalado con el único fin de tener un punto de referencia, claro y preciso, al expo– ner en la segunda parte de nuestra reflexión la visión franciscana frente a esta inquietante problemática. Antes, sin embargo, de iniciar esta se– gunda reflexión, hagamos un breve balance para señalar el haber y el debe de la secularización. 6 C. FABRO, La aventura de la teología progresista. Trad. esp,añ., Pamplona 1964. 1 G. THILS, Christianisme sans religión? Préface de R. MARLE. París 1968.

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