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122 ENRIQUE RIVERA de vivir como hombres que logran vivir sin Dios» 1 • En una cárcel el alma mística de San Juan de la Cruz cantó la presencia de Dios en el mundo en la bellisima estrofa tan conocida: «Mil gracias derramando / pasó por estos sotos con presura...». Tres siglos después otra alma de profunda vida espiritual acepta la ausencia de Dios en el mundo y proclama que hay que vivir «etsi Deus non daretur». Se puede hablar en esta ocasión, sin disputa alguna, de cambio sustancial. ¿Cómo se ha llegado a él? Las cartas del mismo Bonhoeffer prospectan dentro de una carencia total de sistemática, una triple vertiente cultural desde la que se puede clarificar el hecho de la secularización. Esta puede ser estudiada, como ya indicamos, en su proceso histórico, desde la sociología y como doc– trina motivada. Exponemos con suma brevedad estas tres vertientes. A) La secularización como proceso histórico La historia hace ver que desde finales de la edad media surge un poderoso movimiento de secularización que culmina en el momento actual. Este proceso histórico de secularización lo podemos considerar desde tres perspectivas distintas: desde las creencias religiosas, desde la vida del pensamiento y desde la historia de la ciencia. Desde estas tres perspec– tivas intentamos dar al tema una mayor precisión que la que hallamos en las cartas de Bonhoeffer, que no se propone en ellas hacer una re– flexión metódica. 1) Desde las creencias religiosas Muchas páginas sombrías se han escrito sobre la edad media. Y no sólo por los ilustrados del siglo XVIII, quienes la definieron como «noche de mil años». Tuvo, sin duda, grandes deficiencias aquella edad. Pero algo la mantenía en forma y con gran idealismo: la unidad de su fe. Esta unidad inicia su desgarro a finales de la edad media para culminar en la escisión protestante. Europa siente los horrores de la lucha reli– giosa durante dos siglos, el XVI y el XVII, con el intento fracasado de mantener la unidad de fe. Pero dentro de esta triste discordia la fe se mantiene como actitud mental prevalente. No acaece lo mismo en el XVIII. La fe, herida por el desgarro sufrido, se ve acosada ahora por la 1 Resistencia y su.misión. Cartas y apuntes desde el cautiverio. Trad. españ., Barce– lona 1971, p. 209.

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