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128 ENRIQUE RIVERA D) Valores positivos y negativos de la secularización Es ineludible en este momento el tener que tomar una postura deci– dida en el complejo problema de la secularización. L. Iriarte recoge en su obra, Vocación franciscana', una frase de Chesterton que es todo un programa mental y de acción: «Cada generación es salvada por el santo que más la contradice». Un ejemplo bíblico pone en relieve la verdad de este aserto. Cuando Pablo de Tarso canta desde su cárcel la realeza de Cristo, lanzaba un desafío al culto sagrado que algunas provincias, entre ellas la Tarraconense, habían decidido conceder a la estatua del Emperador. Hoy estamos convencidos todos de que este desafío de Pablo salvó al mundo de la esclavitud: de la esclavitud moral a la corta y a la larga de la esclavitud política. Del mismo modo, si el franciscanismo quiere cumplir su misión en la hora actual, tiene que actuar con una auténtica decisión paulina. No se trata de cerrar los ojos a nuestra cir– cunstancia. Con ellos bien abiertos debemos ponderar los valores posi– tivos de la hora para auparlos y potenciarlos. Pero igualmente tenemos que sentir en carne los valores negativos para rechazarlos con decisión y firmeza. Al franciscanismo le está prohibida toda clase de agresión. Pero debe transmitir su mensaje tras las huellas de su Padre Espiritual con el ejemplo y la palabra. Hasta predicarlo desde los tejados. Hecha esta observación, a mi juicio de urgente necesidad, subrayo dos valores positivos y otros dos negativos ante el hecho actual de la secularización. Los dos máximos valores positivos se resumen en la doble afirmación de que el hombre, también el cristiano, ha llegado a su ma– yoría de edad, y de que en el campo de los valores humanos la secula– rización ha supuesto muchas veces una verdadera conquista. Hace casi cincuenta años E. Mounier levantó bandera por el personalismo, al ver la dignidad de la persona humana atropellada en la historia, aun en la historia cristiana. Tomás de Aquino había definido a la persona como el ser «perfectissimum in natura» ". Pero no se hallaba corroborado esta lacónica definición, ni por su misma doctrina que buscaba componendas racionales a favor de la esclavitud 10 • La secularización, al exaltar la dig– nidad de la persona humana de un modo fáctico, se halla en camino 8 L. IRIARTE DE ASPURZ, Vocación franciscana, 2 ed. Valencia 1975. 9 Summa Theologica, I, q. 29, a. 3c. 10 O. cit., 1-II, q. 94, a. 5, ad 3.

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