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LA NUEVA SOCIEDAD 43 vivir la dimensión comunitaria de nuestra vocación franciscana, elemento esencial de nuestra identidad. Quizá sea éste el aspecto más «golpeado» por e'l cambio, porque posiblemente era también el aspecto que más y mejor representaba a la sociedad «tradicional». Indicaré solamente algu– nos aspectos 89 : a. desafío a las desigualdades existentes: dos clases de miembros, cleri– calización, privilegios de una «determinada» clase, etc. Como respuesta se está llegando a una democratización real de la vida comunitaria, aunque vivida en tensión y con grandes lagunas; b. desafío a las relaciones autoridad-obediencia. En la sociedad pasada y en consecuencia en la vida religiosa nuestra anterior, a pesar de nuestra identidad fraterna, estaban marcadas dichas relaciones y es– tructuras por un claro verticalismo. Al irrumpir el cambio social con todos los factores ya reseñados está produciendo un impacto gran– dísimo en: - la desmitificación del «superion>; - la verdadera concepción de la autoridad; el paso de 1a total dependencia a los valores de participación, corresponsabilidad, mayor uso de la libertad; las estructuras, que van evolucionando hacia formas de colegia– lidad, etc.; c. desafío a las relaciones interpersonales. La incomunicación interperso– nal y ambiental (clausuras, silencios ... ) eran clásicas en la vida reli– giosa franciscana de los años pasados. Hoy este estilo se ve desafiado por los cambios de mentalidad del hombre moderno, lo mismo que por motivos eclesiales de comunión, redescubrimiento de la actual eclesiología, como apuntábamos antes. Esto está haciendo que descu– bramos· y valoremos: la vida interrelaciona!, auténtica y sincera; el descubrimiento del «otro» superando el individualismo espiri– tualista; 89 MATELLAN, S., Nuevo estilo de comunidad reUgio-sa en la sociedad del futuro, en Presencia..., PP. 300-303.

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