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Por una mariología ni excluyente ni excluida 297 lativismo y en formas de un irenismo barato, que no ayudan a la unidad, antes bien la comprometen» 94 • Una interpretación de la vida sobrenatural como sujeción pasiva a la acción mediadora y exclusiva de Cristo lleva a una instrumentalización de las perso– nas en la propia responsabilidad. El «sin mí nada podéis hacer» no significa que no podemos hacer nada, sino que sólo con Él podemos hacer la obras so– brenaturales conducentes a la salvación. Diciéndonos que «todo lo que hicis– teis a uno de estos mis hermanos más pequeños, me lo hicisteis a mí» (Mt 25,40), nos muestra Jesús que la caridad sincera tiene una referencia Él, que no suprime ni instrumentaliza la dignidad de las personas objeto del amor. El amor al prójimo no suprime el amor a Dios. ¿Por qué la glorificación de la Vir– gen por parte nuestra ha de restar el honor debido a Dios? Es el amor de Dios, que ha querido transcender su unicidad absoluta y no ser excluyente - como se dijo al principio -, y que no puede perderse de vis– ta al contemplar a Cristo, que siendo Dios, es mediador haciéndose hombre por María, cuya colaboración íntima y universal recibe su fuerza sobrenatural del mismo Cristo. Materializar en sumas y restas la dimensión amorosa de una asociación sobrenatural, es todavía más impropio que pensar que la gloria de una madre disminuye la gloria del hijo o que la bondad de una reina es detri– mento de la bondad del rey. Más que detrimento o disminución de la gloria de Dios y de la mediación de Cristo, María, madre cercana a nuestras debilidades, será una ayuda para descubrir y participar del misterio. Mons. Francesco Gioia tiene unas palabras que unimos a nuestro deseo: «En el contexto histórico actual, cuando las anti– guas barreras ideológicas parecen dejar sitio al encuentro entre los seguidores de las distintas religiones, la figura de la Madre de Jesús es paradigma del es– tilo que hay que sumir para hacer más fácil y fructuoso el diálogo, porque su– braya en su experiencia religiosa algunos elementos imprescindibles de la co– municación humana: la confianza, la escucha, la reflexión, la comprensión, la humildad, la superación de la crisis, el anuncio, la oración, la capacidad de se– guir en la búsqueda después de haber encontrado» 95 • 94 W. KASPER, JI contributo dei laici al/a promozione dell'unita dei cristiani, en Ecumenismo e dia– logo interreligioso: il contributo dei fedeli laici, Citta del Vaticano 2002, 46. 95 F. G!OIA, Maria, Madre de la Palabra, Modelo de diálogo entre las religiones, ed. Eunate, Pam– plona 1996, 8.