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POR UNA MARIOLOGÍA NI EXCLUYENTE NI EXCLUIDA. Mirada ecuménica desde el pensamiento franciscano BERNARDINO DE ARMELLADA Durante demasiado tiempo la cristiandad de los últimos siglos ha estado sufriendo una situación de desgarro, que casi llegó a aceptarse como un mal humanamente irremediable. La tranquilidad que pudo reinar a base del desco– nocimiento del otro, hoy se ha hecho imposible al romperse tantas barreras geográficas, sociales y culturales, lo que noshace encontramos cada día. Esto ha provocado la intensificación del diálogo ecuménico. Un tema de confrontación en dicho diálogo, que fue siempre el más visi– ble y sentido en el pueblo católico, es la conciliación de la verdad fundamen– tal de Cristo-hombre, mediador único entre Dios y los hombres, con la afirma– ción simultánea de la mediación de María en la obra de nuestra salvación. Las notas siguientes quieren hacer ver los rasgos más característicos de la cristología y mariología franciscanas como dando luz humana y sobrenatural a la obra de Cristo mediador único; pero que no excluye, sino que integra el influ– jo maternal de María. Un repaso previo a principios filosóficos que quieren dar sentido a la relación entre el «ser de Dios» y el «ser del hombre» (estatuto natu– ral del ser creado en la metafísica!), puede servir de analogía que, desde la ra– zón, reflexiona sobre las «condiciones de posibilidad» del hecho sobrenatural. 1. Dios absoluto y no excluyente Filosofía y teología nos enseñan que Dios, sin dejar de ser absoluto en su eternidad, quiso no ser exclusivo. Es el misterio de su amor. Sin merma o me– noscabo de su ser infinito, da el ser real a la universalidad de las criaturas: un "ser" limitado, que teniendo en Dios su origen y finalidad, recibe de él su con– sistencia, lo cual, en los seres espirituales, significa también responsabilidad.