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280 Bernardino de Armellada su amor eterno, no condicionable por realidad humana alguna. La redención, dentro del marco del primado absoluto de Cristo, es el ofrecimiento único de salvación para la humanidad caída. Escoto cita el texto de P. Lombardo: «So– lo el Hijo se dice Mediador, no el Padre ni el Espíritu Santo, como dice el Apóstol, uno solo es el Mediador entre Dios y los hombres, el hombre Jesu– cristo (lTim 2,5). Mediador es, por tanto, en cuanto hombre; pues en cuanto Dios, no es mediador, sino igual al Padre...» 21 . Y comenta: «La Encarnación de Cristo no fue prevista ocasionalmente, sino vista por Dios inmediatamente desde la eternidad, por lo que Cristo en la naturaleza humana, como más pró– ximo al fin, fue predestinado antes que todos los demás... (En un segundo sig– no), prevista la caída de los hombres, ordenó o previó la redención de los mis– mos por medio de la pasión del Hijo» 22 • c) San Bemardino de Sena (tl444), predicador fecundo y erudito, tiene bien clara la mediación universal de Cristo, a quien Dios «propuso como me– diador universal entre sí y la criatura racional. Pues no se puede decir que ha– ya muchos mediadores ni que la criatura racional pueda llegar a Dios en la glo– ria sin un mediador» 23 • Por el hecho de ser el fundamento de todo y porque «en Él habita la plenitud de la gracia y de la verdad (cf. Col 1,19; Jn 1,14)», Cristo posee la misión de unir en sí mismo a toda criatura racional destinada a la unión con Dios y, a través de las criaturas racionales, a todo el universo creado. Bernardino habla expresamente de la mediación de Cristo incluso en la gracia concedida a los ángeles 24 • «Dios creó todas las cosas para que en to– da criatura racional Cristo difundiera y dispensara sus gracias inefables, del mismo modo como Él mismo recibió de la persona divina unida a sí las gra– cias para todos» 25 • 21 Ox., III, d.19, textus MAGISTRI, en L. VIVES, XIV, 707b-708a. 22 Ox., III, d.19, q.u., n.6 en VIVES, XIV, 714a. 23 S. BERNARDINUS SENENSIS, De evangelio aetemo, serm. LVI: De sanctissima Passione et myste– riis Crucis, p.3, a.l, c.l, en Opera omnia, Quaracchi 1956; V, 117. 24 "Licet Redemptor et Reconciliator unus est Christus, Redemptor tamen ex eo dicitur quia pro peccatis suorum Deo Patri integre satisfecit; Reconciliator vero, quia gratiam eis promeruit. Homini– bus ergo in se credentibus qui peccaverunt et egent gloria Dei (Rom 3,23), Christus Redemptor fuit. ..; Reconciliator vero est angelis, quia gratiam eis promeruit... Eisdem enim Christi meritis sunt peccato– res homines a peccatis dimissi, et ne peccarent, angeli praeservati; egebant enim angeli Reconciliato– re seu Mediatore qui eis a Deo gratiam mereretur". Jbidem, 119s. Cf. M. BERTAGNA, Christologia S. Bemardini Senensis, en Collectanea Franciscana 18 (1948) 90; G. IAMMARRONE, La cristologiafran– cescana. lmpulsi per il presente, Padova 1997, 288s. 25 Serm. LIX: De universali regno et dominio Iesu Christi, en Opera omnia, Quaracchi 1950, II, 344.

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