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280 TEÓFILO E. DE GUSENDOS de las propiedades de Dios y vive una vida divina. Toda su capacidad queda tan llena y satisfecha de la posesión del sumo bien, que sólo desea que Dios sea conocido, venerado y amado. El resto de su vida no será otra cosa que solicitar, con caridad ardiente, la salvación del prójimo y la honra y gloria de su Majestad. Recepción y crítica El agotamiento de la primera edición del Retrato divino, en apenas tres años, indica que la obra tuvo una buena acogida. Pero no obstante los juicios laudativos y prolijos de los censores PP. Velarde y Arias, los autores que citan el libro, se limitan a dar un resumen demasiado genérico y anodino 32_ Más atención ha merecido bajo el punto de vista literario. Todas las obras del P. Fuentelapeña están admirablemente escritas, dentro de la diversidad que pide el asunto y modo de tratarlo, pero sólo el Retrato divino ha sido premiado con algo más que una ojeada más o menos complaciente. En las letras castellanas es valorado como modelo de la prosa ascético-mística clásica. Por eso Juan Mir y Noguera utilizó am– pliamente su opulencia fraseológica, entresacando de la edición de 1688 no sólo algunas locuciones llenas de gracia y donaire, sino que incluso antologizó las paginas 240-242 (pintura del mundo), maravillosas, como muchas existentes en toda la obra, y dechados de estilo clásico. Su valorización del P. Fuentelapeña, en este aspecto, se condensa en dos palabras jugosas: « escritor atildado del siglo XVII», o sea, pulcro y elegante. El no menos conocido fi1ólogo y literato Julio Cejador y Frauca, no escatima los elogios al Retrato divino, del que selecciona bastantes frases literarias 33 • Finalmente, Buenaventura de Carrocera no duda en considerar al P. Fuentelapeña como el mejor prosista capuchino castellano de su tiempo 34. 3. Escuela de la verdad Origen, finalidad y método Esta tercera obra del P. Fuentelapeña, salida de la imprenta en 1701, quizá en agosto, guarda una estrecha relación con la precedente, como 12 Es de exceptuarse el franciscano observante Buenaventura Tellado, autor de Nuevo manojito de flores (Salamanca 1725, muchas veces reimpreso). En el ramillete tercero o flores pertenecientes al estado religioso, en la quinta flor: girasol o gigantea, copia algunas seguidillas del Retrato divino. Cf. F. Quecedo, Notas bio-bibliográficas sobre los Padres Juan Nieto y Buenaventura Tellado, en Arch. Ib.-Amer. 34 (1931) 190. 33 J. Mir y Noguera, Frases de los autores clásicos españoles, Madrid 1899 y Prontuario de hispanismos y barbarismos, Madrid 1908 (en muchas páginas de ambas obras); J. Cejador y Frauca, Historia de la lengua y literatura castellana, comprendidos los autores hispano– americanos desde sus orígenes hasta la época contemporánea V (Epoca de Felipe IV o de Lope y Calderón), Madrid 1916, 271s; Fraseología castellana IV, Madrid 1925, 526. 34 Buenaventura de Carrocera, ob. cit. 406.
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