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11 UNA MALOGRADA INICIAnVA DE RESTAURAR LA ORDEN EN ESPAÑA 1842-1854 El protagonista principal de estas páginas inéditas de historia capuchina es el padre Fermín de Alcaraz, comisario apostólico de las provincias de la Orden en España, y sucesivamente obispo de la diócesis de Cuenca. Su poliédrica figura será el objeto de un estudio aparte. Aquí se recoge una sola de sus facetas relacionada con la efemérides centenaria de la restauración de la Orden en España, después del compás de espera de casi medio siglo impuesto por leyes inicuas y persecutorias. A la luz de una documentación relativamente abundante y de primera mano, asistiremos a sus cons– tantes esfuerzos proyectivos para lograr una forma, siquiera inicial, de vida comunitaria en correspondencia con los moldes religiosos y disciplinares de la tradición; seguiremos las diversas etapas de aque– llos esfuerzos y descubriremos varios matices de su rica personali– dad, hasta ver malogrados sus mejores deseos y sus más fundadas esperanzas. Adelantemos desde ahora que si la proyectada y deseada restauración no llegó a plasmarse en gozosa realidad fue debido principalmente a causas externas de orden socio-político y religioso.1 l. He aquí, en síntesis, su ficha biográfica. Ferm!n de Alcaraz, al siglo Facundo Ramón Sánchez Artesero, nace el 28 de noviembre de 1784; interrumpe los estudios universitarios y toma el hábito capuchino el 18 de agosto de 1802; a causa de la invasión napoleónica, com– pleta los estudios eclesiásticos en la provincia de Andalucía y es ordenado de sacerdote el 25 de febrero de 1809; en 1813 regresa a la provincia de Castilla y comienza una intensa actividad apostólica; toma parte activa en los movimientos ideológicos de su época y desempeña varios cargos de responsabilidad en la provincia; en mayo de 1835 el general de la Orden, Juan de Valencia, lo envía a Roma para negociar con los superiores sobre la peligrosa situación de las provincias españolas; el 8 de febrero de 1836 don Carlos le nombra su Agente ante la Santa Sede; la jerarquía española, así la sometida a la parte sujeta a los gobiernos de las regencias como la que actuaba en la zona dominada por los carlistas, se sirve de su habilidad y prestigio para solucionar los problemas. El 30 de marzo de 1838 el Papa lo nombra comisario apostólico de los capuchinos de toda España: presta su ayuda a los exclaustrados y organiza las misiones de Mesopotamia y América; el 26 de enero de 1849 es presentado para la sede de Cuenca; preconizado el 2 de abril, fue consagrado por Pío IX en Gaeta el 6 de mayo; toma posesión de su sede episcopal el 13 de r.gosto de 1849 y muere el 4 de diciembre de 1855. Cf. bíbl. esen– cial: Cenni biografici e ritratti di padri illustri dell'ordine cappuccino, II, Roma 1850, pp. 133- ESTUDIOS FRANCISCANOS 79 (1978) 332-368

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