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UNA MALOGRADA INICIATIVA DE RESTAURAR LA ORDEN EN ESPAÑA 347 en la Habana por decreto especial de Su Majestad la Reyna, pero faltan individuos y el modo de formarlos tal qual se requiere para estos ministerios. 21 La Mesopotamia save V. E. fue confiada a los capuchinos españo– les, y es notorio en la Europa y eI Asia los progresos que se notan en aquella inmensa provincia, abandonada por 12 siglos, desde que entraron ella los pocos españoles que fueron enviados. En estos días justamente la Sagrada Congregación pide mayor número porque la moral evangélica y a su consecuencia la civilización crece hasta po– der ocupar aun misioneros más de los ya embiados; pero también me falta la proporción de formarlos qual se debe, y sería una des-• gracia el que por este motivo llegasen a faltar operarios que sosten– gan a Io menos lo que con tantas fatigas está ya bien plantado. El gobierno de Su Majestad, bien convencido de Ia necesidad de sostener otras sus misiones en Filipinas, y convencido de que el misionero debe formarse por principios y ser provado con esmero, suprimiendo las órdenes religiosas, sostiene no obstante dentro de la Península los Colegios de Misiones de los padres dominicos, agus– tinos y franciscanos descalzos., en donde se forman los sugetos que de tiempo en tiempo se mandan. Al mismo gobierno no son menos interesantes las islas de Fer– nando Poo, la Habana, y aun el honor que dan a la España las de Mesopotamia, bien que ésta está fuera de sus dominios; y por esto me persuado de que si V. E. toma a su cuidado este asunto, como se lo suplica el señor Usera, el gobierno concederá a los capuchinos lo mismo que a los religiosos ya indicados, esto es: un local en donde los misioneros sean formados, qual se debe. A nosotros será indife– rente el que este local se conceda o dentro de esa capital o sus imne– diaciones para estar a la vista del govierno y pueda cómodamente observar nuestras operaciones; o en qualquiera otro punto de la Península. Concedido que fuese, yo presentaría al govierno un regla– mento a propósito al intento, segi'm el qual sin contrariar las leyes vigentes del reyno, sin chocar al público con novedad introducida, sin gravar ni el erario público ni a las particulares familias, sin exte– rioridades, en fin, que puedan ser motivo de censura, etc., se consiga el objeto importante de que se trata, y aun lo material del título podría ser: Misioneros de Fernando Poo, así como el de los otros es: 21. Acerca del colegio de misiones de La Habana véase MELCHOR DE PoBLADURA, Los frr1i– tes menores ca¡,uchinos en Castilla, pp, 205 y 227; BUENAVENTURA DE CARROCERA, La provincia de frailes menores capuchinos de Castilla, II, Madrid 1973, índice.
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