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346 MELCHOR DE POBLADURA bendecirá esta iniciativa, y él seguro de obtener el permiso desde ahora suspende el envío de nuevos misioneros a Ultramar y a Meso– potamia e incluso ha dado orden de conservar todo el utillaje de objetos de iglesias, material de enseñanza, aperos y herramientas, etcétera, que ya tenía preparados para facturarlos con destinación a otras misiones. Estas son las principales ideas que el padre Alcaraz, en la carta autógrafa del 30 de noviembre de 1847, proponía a monseñor Brunelli y que el lector podrá examinar a continuación. 20 Roma, 30 de noviembre de 1847. Excelentísimo señor monseñor Brunelli, delegado de la Santa Sede. En el Católico n. 0 2.686 del 3 de noviembre del presente año he leído la exposición que hace a V. E. el Vicario apostólico de las Islas de Fernando Poo, don Gerónimo Usera. Me persuado que el govierno de Su Majestad no podrá menos de tomar en consideración el es– tado de abandono en que se encuentran aquellas tres islas de España, que civilizadas y promoviendo en ellas la agricultura y las artes bajo los auspicios de la religión católica, tanta utilidad pueden prestar en todo sentido al mismo govierno y al trono. Por iguales motivos sabe V. E. mejor que otro las instancias he– chas a la Santa Sede por los gobiernos de América, pidiendo misio– neros con que procurarse iguales ventajas; y que habiéndose Su San– tidad dado comisión al efecto por conducto de V. E., les tengo ya enviados el gran número de 160 y sin gasto alguno por parte de los gobiernos suplicantes, que aun siguen pidiéndome más operarios evan– gélicos no sólo de Venezuela, sino también de Guatemala, del Ecua– dor, de Chile, etcétera. Estos servicios que yo presto a dichas repúblicas, atendiendo al debido orden que exige la caridad, deberé presentarlos con mayor interés a mi patria en dichas islas, más necesitadas que aquéllas. Y si V. E. toma a su cuidado lo que pide el señor Usera (sic), yo estoy pronto a tomar sobre mí el de probeherlo de misioneros aptos al intento, de acuerdo en todo con el govierno de Su Majestad. y sin gravamen alguno del tesoro público sino el preciso para el trasporte y viaje de los que deban ser mandados. Tenemos además restablecido el Colegio de misiones capuchinas 20. El original autógrafo se conserva en el Archivo Vaticano: Arch. N,;nz. Madrid, caja 332.

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