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- 64 -- en el convento podría darse, pero con maiyor dilfioultad; en las necesidades, la ca•ridad se acrecienta. Se vue1lve con vehementes deseos a la fraternidad, se goza cada füa al encontrarse los herma– nos. Para esta experiencia ihace falta un amor auténtico y muy rgrande hada los hermanos. En cuanto a la caridad, uno vuelve al convento con una decisión grande: nun– ca decir NO al peregrino que pasa por nuestra casa, aunque tenga mala pre– sentadón. No se ,puede negar· amor, cuando uno ha experimentado el gran amor de Dios a través de los campesi– nos y gente poibre. No se puede negar amor cuando 'lIDO ha experimentado en carne propia lo que siignifica un ro+,:m– do NO, "váyase de aquí", "no hay lu– gar'. Es una exigencia evangélica que emana por sí sola, después de ha 1 ber vi– vi,do todo esto. Pa•ra dar hospedaje, amor, no hac2 falta que ha:ya lugar, sino muoho amor. Y eso 1basta. Cuando se ve por esos cam– pos a gente humiUdísima, que cede su propia cama para darla a un desconoci– do, uno se pregunta si estamos en iiea– lidad viviendo el Evangelio como N. P. quería. Fue una pregunta que nos hici– mos muchas veces a nosotros mismos; nos ouestionáibamos nuestro •cristiani&– mo, sin entrar en juicios para con otros hermanos. b) Aspectos negativos: Tal vez uno de los aspectos negativos fue el tiempo. Un ambiente saturado de ¡política (ultimos pasos de la campaña de la elección del 4 de Marzo), que no permitió la entrada plenamente en al– gunos amibientes. Por otra parte, la desconfianza del campesino frente a las medidas de Go- 1bierno solbl'e el estanco de trigo; nos confundían con uno de la ECA o de CORA. Faltó más interiorizadón del :Evange– lio, vivirlo en mayor plenitud, para po– der ,entregado '"así sendllamente, sin glosa, pura y simp1l,emente", no toman– do posturas. En más de alguna vez se cayó en la tentación de presentarse como religioso o Padrecito, para salvar alguna dificul– tad. Creo que esto restó un poco de sen– cillez. Con todo, creemos que se cumplió con el objetivo que tenía esta experiencia: conocer vivencialmente este estilo de vida y la formación del candidato. Quiera Dios que se susciten vocacio– nes para este género de vida entre nues– tros novkios y que ,los superiores :;epan secundar estos legítimos anhelos de 10s jóvenes. Suyo aiectísimo en Cristo. .. fr. Pasfox.

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