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·- 77 - La poesía d€ San Buenaventura es meditación en verso. Nacida de u.na profunda fe religiosa, va diri,gida a susdtar sentimientos de pied1ad y de dolor. El ;poeta habla al corazón y lo invita al a:rirepentimiento. Esta es la explicación por qué su producción poética, muy semejante a la de San Amb,·osio, Adán de San Víctor, de San Bernardo y de las secuencias me– dioevales, no tiene un desarrollo unitario, repite los mismos conceptos, y recalca las imágenes florecidas en la tradición cristiana, siguiendo tan sólo cuanto dicta el sentimiento al místico - poeta ... El poema ''Philomela", más que otra lírica, representa las cualidades y defectos de la 01bra poética de San Buenaventura. Hay imágenes tami– zadas de una poesía de1icad1ísima, seguidas de otras no tan buenas, tom,i– das de otras composiciones; junto a versos que indican el ,esfuerzo del poe– ta en busca de inspiración, brillan otros que discurren límpidos y frescos, lo mismo que los conceptos que los revisten de mus1calidad: "iOh tú que me lees, sigue al Crucificado; dieibes esculpir la Cruz en tu corazón; 'füitútale alaibanza:s, para merecer ser contado entre los escua– drones de los ángeles!". Esta idea dominante en la oibra del Santo desemboca en una exhor– tación patética en su ''Meditación sobre la Pasión": Dulcis Jesu, ¿cur moreris pro reprobi,s et miseri1s? Dulce Jesús, ¿ipor qué mueres por los réprobos y pecadores? Es La pregunta suscita en el poeta una mayor sed de martirio ... Dulcis J esu, quem sitio, praesta mihi quod cupio, ut sanctae Crucis nimio me paseas desiderio. .F'ac ut in Cruce gaudeam, signum Orucis mirnbile, tam dulce, tam amabile, quod sit inenarrabile. F'ac ut in Cruce gaudeam, Crucis amore langueam nec satiari vaJeam donec: in carne maneam. Dulce Jesús, a quien ansío concédeme lo que te pido, el deleitarme largamente deseando la santa Cruz. Concédeme alegrarme en la Cruz, signo maravilloso de la Cruz, tan dulce, tan amable, digno de ser deseado. Hr.tz que me alegre en la Cruz, que desfallezca de amor a la Cruz que no encuentre plenitud com- ( pleta mientras viva en este mundo. La Virgen María inspiira numerosos himnos al Seráfico Doctor, y muchos conceptos, apenas diseñados por el Santo, se encuentran desarro– liados en el "Stabat Mater", transformados en altis,ima poesía por Fr. Ja- copone de Todi. · La melodía del -ritmo y la delicadeza. del sentimiento no son suficien– tes para ocultar cierta falta de inspiración en esas largas composicione:,, a la catequesis del pueblo. EI ' 1Canto sobre la Salve Regina" no pertenece al Santo que había difundido en el pueblo el rezo del ''Angelus". En cambio, son· suyos la "Co– rona de la Virgen María" lo mismo que los ''Laudes de la Virgen". La pri– mera composición ha sufrido modificaciones, pero la segunda se ha con::,er-• vado mejor, siendo una de las canciones más bellas, dedicadas a la Virgen María.

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