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- 76-· A pesar de la cootinua invocación del nomibre de J.esús, que se des– liza de estrofa en estrofa, ello no alcanza a cubrir la :pohreza poética del contenido; ciertamente no tienen gran valor artístico esa larga serie de versos que presentan motivos de meditación. El drama del Calvario inspira al Santo el ritmo "Laudismus de sanc– ta Cruce ' (Loo-res a la ccanta Cruz). Como gran parte de las composiciones líricas de Sn. Buenaventura llegadas hasta nosotros, la composición ''Loo– res de la santa ,Cruz" ha sufrido modificaciones e interpolaciones, y e,:, ,po– si,ble que sea ei resultado de una fusión de dos himnos diferentes. Cosa no muy dificil dados los objetivos eminentemente éticos de la poesía en b Edad Media, y por el hecho muy firecuente de que las estrofas eran m::;Ji-– ficadas según el gusto de los fieles. El ritmo ''Loores a la santa Cruz" es un desolado llanto, una supnca arpasionada a,1 Divino Mártir. un canto de amor y de dolor. Cuando el alma, purificada por la meditación y la plegaria, sepa comprender él subJirne lenguaje de la Cruz, entonces será inundada de una dulzura inefable, y una paz infinita descenderá soibre ella, porque la Cruz es la última esperanza de la vida, la salud ele las almas, la puerta del paraíso, la nave, el ¡puerto, la luz del mundo. La pobreza del Salvador; el aibandono de los disópulos. la su1hida a, el de la turba; la tortura de ia las ma– nos y pies traspasados ,por los clavos; la última agonía de Jesús; sus vidriados por la muerte ... todas estas ideas se suceden en una repre 0 ;en ta– ción rítmica, digna cLe ser puesta entre las más valiosas compo,sicione.; lí– ricas: del medioevo por la profundidad del contenido, riqueza de imágenes, rnt;sica,:ch:d del ver:.oo y delica,deza de sentimientos. El Seráfico Doctor ha extractado acentos de profunda poe.sfa de .st1 mediteción diaria scibre el misterio de la Cruz. Jesús está Crucificado. ¿cómo ,puede el alma resistir a tanto sufri– miento? Porque nadie es capaz de un dolor igual al de Cristo, por eso. ,el Santo Doctor implora del Cordero divino una mayor capacidad de 3ufri– miento y de lágrimas en el siguiente ritmo: Crucifixe, fac me fortem, 11t libente1~ tu.2-m 1r1orte1n plangam, donec vixe:.o; t2 ,cu.rn ,7,0-lo vu~ner-ari~ te liben~er amplexari in cruce desidero. Da dolorem quasi rorem, ut Te plorem Redemptorem Christum qui me refoves. Non te plices sed felices cicatrice.:; mille vices t1.12s in me refove. Totum ouod ego dixi, ad r:c-norem Crucifixi, ad laudem et gloriam; ut meorum peccatorum gloriosus rex coelorum mihi donet veniam. Amen. iOh, Crucificado! Hazme fuerte para que l]ore yo tu muerte guswsarnente, mientras yo viva; auiero ser llagado, y deseo abrazarte en la cruz. I)¿,~rn2 ]]a11to como e1 rocío, y ie llore Redentor mio rr1i Cr1s<o c~ue me rea,nirr1as No te apartes, pues te ru2go que e.,as bellas cicatrices siemrpre en mí. Todo va como lo he pedido, para honor del Crucifijo, para su glo,,.ia y alabanza. y de todos mis pecados el glorioso rey del cielo me conceda su perd(n. Amén.

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