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- 75 ~ Su arte es un tejido de humilde ador,ación, aspiraciones, dolor y e&• peranza inmortal. Así, a través de la simpliddad de estilo, la dulzura del ritmo y la prod:undida,d del contenido, el autór pretende conmov,er fas al– mas y llevarlas a un mundo mejor. Más que de un canto, se brata de una plegaria. Muy pocas producciones líricas se pueden atribuir al Santo ,con ab– soluta certeza; y aunque, las nuevas investi1gaciones pueden aumentar su númern, sin ,embargo, no mudará la opinión sobre sus ideas poéticas ... Mís>tiico delicadísimo, hambre dotado de perfecto equilibrio, que sa:be unir el estudio con la acdón, historiador solici:to, teólogo gigantesco, escritor elegante, filósofo que, sin ser innovador, contribuyó a perfecdonar y difun– dir las ideas d:e los maestros, y siempre poeta, po11que, imHando a San Fran– cisco, habla un lenguaje uni:versal: el Jenguaje ,del alma. Sus composiciones Hricas, nacidas en el silencio del ,claustro, más que ,con l,as palabras la:tinas, que mury pocos ,entendían, pr,etenden, con la armonía de los sonidos, inryect'ar en el alma popular el amor divino ,que in– flamatba al Santo y lo ,empujaba a expresar por el canto sus propios éxta– sis y sus .l:atidos de amor. • •• El POibrecito de Asís había glorificado el poder y la bondad divina que se manicfestaiban •en las cosas más pequeñas y en las más humildes creaturas. Sn. Buenaventura encuentra que el Señor Crucificado es el in&– pirad,or di,vino de su arte, y lo halla en los misterios del ioorazón humano, más que ,en las creaturas sensiibles. San F,rancisco ihaibía hecho revivir la vida evangéUca en su heroica penfecci,ón, haibfa acercado las almas al Cris– to atormentado, al Homlbr,e-Dios, al ami,go, hermano, maestro y rpadre de la humanidad, halbía ens,eñado que en los brazos de Cristo Crucificado. pia– dosa.mente abiertos a todo el mundo, se encuentran 1a espexanza en la de– silusión y ,el consuelo en el: dolor. Buenaventura, el más deUcado místico-poeta del franciscanfamo, d,e– sairrolla este concepto, presentando una inte.rpretadón de la Pasión del Se– ñor, más íntima y más humana. Las muchedumbres tienden suplicante;; los 1brazos a la Cruz, no para apartar los .castigos e implorar la misericordia de Cristo j,uez, sino para enconta:-.a:r en el dolor divino, alivio ,en las mis.erías de la vida y ofirecer su propio amor a la víctima inmaculada. Todo va dirigido a Cristo Crucifkado, reaHda:d consolante y conso– ladora, símbolo ,d,e,l amor más su!blime y del sacrificio más completo; hacia el Crucifijo 'Se eleva el lamento apasionado de casi todas sus composicio– nes líricas; y ,la misma prosa del '''Arbol de la vida", resumen de símbolos y de influencias d,el abad J·oaquín de Flora, se halla encuadrada en este ,rit- mo: O crux, frutex sa:lvíficus, vivo fonte irigatus, cuius flos aromáticus fructus desideratus ... J.esus, ,ex Deo génitus, Jesus, praefiguratus, J esus, emissus coelitus, Jesus, Maria natus ... iOh Cruz, frutal salutífero, por fuente viva regado! Tu flor ,es aromática, tu fruto, deseado Jesús, engendrado de Dios, Jesús, prefigurado. Jesús, enviado del cielo. Jesús, nacido de Mairía.