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-188- Para que podamos ser signos para el mundo dinámico de hoy, es ne~, cesaría _una .desinstalación (y "deginstitudonalización"). cada vez más .am- · plia. Grandes inmuebles, conventos o terrenos, nos arraigan demasiado en un lugar determinado y nos impiden cambiarnos a otro, en d<mde sea más necesario nuestro testimonio o nuestro trabajo apostólico o. caritativo. Pero es necesaria también una "desinstalación" respecto a nuestro estilo de vi– da (por ejemplo: !horarios, trabajos y oración),. tan-fuertemente marcado por la tradición de la Orden que a menudo nos impide dar lo que los hom– bres espeqm de nosotros. Signos para un mundo - democrático. · que - vailora la persona humana La situación actual En el mundo actual se respeta mucho la dignidad del hombre, su libertad. su iniciativa, sus dones particulares, y se le ·exige madurez hu– mana. Hoy se aprecia más no a quien, en razón de ciertos privilegios, per– tenece a ~na élite Q recibe autoridaq de alguna institución, sino a aquel que rinde más, -qué se destaca por su aporte al bien común. 'Se prefieve una autoridad objetiva y n$,tur?:L Cada vez más se descubre que el estilo democrático no es un posfofadüpolitiéo o ideológico, sino garantía de una mejor orgahizl:l:ción y realizadóil de la sociedad humana. Porque, en una situaq'ión dinámica, se necesitah muclha_s ideas, opiniones y soluciones para encoi+tra:t' fa más· ac;lechada:. Además se da así :rhucho más importancia aJá li~:i,-e ·solaboráción y éórresp9nsabilídad en un trabajo en equipo: Nuestra vida religiosa · ·,El testimonio d~ la vida religiosa sólo podrá llegar al hombre de hoy cuando · el religioso se presente· como persona madura, - responsable, con persunalidad e iniciativa; El hombre moderno' (menos aún si es jóven!) no le encuentra sentido a una vida religíosa que deja a la persona: 'inmadu– ra, infantil en su modo de pensar y sentir. Por cierto, aludimos directa– mente a la obediencia religiosa. Hoy también el religoso tiene que vivir la obediencia de Cristo. Pero debe practicarla en formas que no amenguen su personalidad e impidan su maduréz. Por eso, es necesario que el reli– gioso tengci cierto margen· de responsabili,dad. Pues ser ádultó y tener res– ponsabilidad es una misma cosa (como ser niño y no tener o tener poca responsabílidad). El religioso debe sentirse plenamente responsable por todo lo que hace, también pór lo que hace "en obediencia". La famosa "obediencia dialógaida" sirve principalmente para esto: que e1 religioso comp'renda el sentido y la necesidad de la tareá que se le_ da, para poder así desempeñarla con toda responsabilidad: Además, se debe dejar lib.ertad al religioso tamlbién en la realización )'-organizacíón de la tarea que le fue encomendada. to cual vale en algo también respecto de la concretiza:ción de la pobreza evangélica; La concesión de· una suma fija' dé dinero a dis~ posición del i·eligioso para los gastos personales y menudos, le ayudará a, practicar más fa re,sponsabilidad. La experiencia muestra -que esta· prác~ tica es un medio moderno muy apto para vivir mejor la pobreza. Este mar– gen de responsabílí:dad, habrá que ccmcederlo al religioso también en su ~ida más personal y prhráda: '·cbn relación a su correspondencia, arreglo individual de su pieza, organización de su trabajo y de su- tiempo libre.. ··

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