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-24- La certeza ("más cierto") no viene desde fuera sino de la estructura inter– na de la fe ("la que en el corazón ar– día"). Al no haber evidencia en esa es– t.ructura, el don de la gracia y la fide– lidad ciega hacen que la oscuridad de la noche s,e trueque en claridad (certez21) de la mañana: "Oh noche, amable más que la alborada". Según mi opinión, San Juan de la Cruz es quien mejor ha expresado el contenido de la fe en aquel Cantar que titula "Cantar del alma que se huelga de conocer a Dios por fe". El profundo misterio de la fe bí1blica está precisa– mente en esas dos expresiones ant:téti-– cas que recorren, alte~·nan y dominan todo el Cantar: "Qué bien sé yo (abso- luta seguridad) "aunque es de nochl (sin que haya evidencia). La fe consi~ te en esa fuerza contrastante y u::litiv, que deja de ser paradoja en el momer to en que se comienza a vivirla. "Qué bien sé yo la jonte que mana y corre, aunque es de noche. Aquella fonte eterna está escondida, qué bien sé yo do tiene su manida, aunque es de noche. En esta noche escura de esta 7Jida, qué bien sé yo por fe la fonte jrida, aunque es de noche" ( 29). .En el .corazón del 1cr,eyente la noch ha sido efectivamente vencida y tran, figurada. 111. - EL EiNCUENTíRO Una ,p,r•ecisión Tal como hemos visto, la Sagrada E.s– critura y los Santos Padres subrayan la tras,cend-encia y lejanía de Dios, la imposi'bil-idad de adueña,rnos intelec– tualmente de E,L Solamente podemos "aproximarnos" a El mediante Íff1á_::;e– nes. Sin embargo el plan original de Dios es entrar en comunión con el hombre, formar una familia con él. Habién– donos creado "a su imágen y semej~1n– za", la finalidad de sus intervenciones y de las Alianzas es que el hombre crezca incesantemente en comunión y semejanza con El. Y no hay otra mane– ra ele llevar a cabo este plan sino a través del encuentro personal. Pero para la hora del ,encuentro ¿có– mo franquear la disfancia implac:1hle entre El y nosotros? ¿Quién nos desco– rrerá el velo que cubre su rostro? El Evangelio nos da lEt respuesta: Je– sucristo. "A Dios nadie le ha visto jamás. 1Vlá1· el Hijo unigénito existente en el seno del Padre, El mismo es quien lo ha dado a conocer" (Jn. 1, 18). "Felipe, quien me ve, ve también al Pa– dre" (Jn. 14, 9) "Todo me ha sido entregado por mi Pa• dre. Y nadie conoce al Hijo sino el Padre. Y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hiio quisiere revelarselo" . (Mt. 11, 27). l,tuiere decir: mi Padre me ha conce dido un conocimiento pleno de El ~ porque solamente un padre y un hijo s, conocen verdaderamenie el uno al otrc por eso un hijo puede revelar a los 0tro los más íntimos pensamientos de su Pa dre. Tenemos el camino para la hora de encuentro: Jesucristo. El porqué del ''eclipse de Dios Cuanto más se ora, más se quier1 orar. Doy :por supuesto de que se trat: de oración auténtica. Estas leyes qw voy a formular, las podemos experimen tar en nosotros mismos y están integra das en los mecanismos de la psicologí, humana. Una potencia humana, al ser sometí da a la actividad, se desarrolla com, potencia. Es la ley del entrenamientc Cuanto más se eJ11trena el atleta, má "~écords" batirá. Eso mismo ocurre cm la potencia mística o capacidad unitiva Tanto en el cuerpo como en el alma haJ gérmenes dormidos que ,con la activi dad despiertan y se despliegan. As comprendemos la sed insaciable del :1u tor de los salmos 41, 62, 118, por ejem plo, o de un -san Francisco de Asís. Cuanto menos se ora, m,enos gana.: de orar. Estamos ante la ernferrneda,c de la anemia: cuanto menos se come menos ganas de comer; cuanto rneno, ganas de comer, menos se come, y as dentro de ,ese ,círculo fatal, se extinr~w

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