BCCCAP00000000000000000001658

:iroximarnos a El? Solo quedan imá– enes, intuiciones, asociaciones. La Biblia abunda en imágenes. Ge– e.ralmente las teo!fanías del Invisible se Lasüfican ,en símlbolos y acontecirnien– >s de gran fuerza primitiva. Son una 1Vítación a .enfrascarnos en las pro.fun– as aguas divinas que solamente co– li1enzan a entenderse cuando uno se .su- 1erge allá. Dios toma fr.ecuentemente el signo el fuego, por el rnsplandor con que ilu– iina las oscuridades y por la energfa e su calor que ,calcina o vivifica (Ju.e. , 21; 1 Re. 18, 38; 1 Cro. 21, 26). Desde 1 elección de A'brahán, ,el signo .Je-1 .1ego resplandece en la hiistoria de las elaciones de Dios con su pueblo (Gen. 5, 17). En el monte Horeb, Moisés es fasci– ado por el espectáculo de la zarrn ar– iente que no es "devorada" por d fue– o; s,e le advierte que no puede apr,0xi- 1arse si Dios no J.e llama y si él no se urifi.ca (Ex. 3, 2 ss.). En el Sinaí, arde :t montaña pero no se consume (Gen. 9, 18). Así que Dios es un fuego devo– ador que no destruye sino purifica. U no de los simbolismos repetidos e~ :t Biblia es el de la nube. La nube, ac– esible e impenetrable a la vez, pe'rmi– e akanzar a Dios sin verlo cara a c.'.l:ra Ex. 33, 20). Desde la nube que cubre :t montaña, llama Dios a Moisés, el mko que puede penetrar en ell.a (Ex. 4, 14-18). Más tarde, con ocasión de )a onsag.ración del templo de Jerusalén, la nube llenó la casa de Dios" y i,1a :Ioria de Dios llenalba la casa" (1 Re. , 10 ss.) Otras veces se revis,te de otras seña– es como tormenta, humo, y temlblor de i,erra (Ex. 19, 16-20). .La poesía puede r,esultar un veihículo ,decuado para "aproximarnos" a Dios. fü cierto sentido la Biblia ,es un lib1·0 [,e poesía, precisamente porque los Es– ritores Sagrados se si,enten incapaces té expresar y transmitir a Dios, y s,e ienten forzados a echar mano de in– uiciones, metáforas, resonancias subje– iivas y experiencias místicas revestidas le formas poéticas. He aquí algunos ejemplos de poesía: . "OhPadre, oh Esposo, oh·Hermano, -23- oh Río profundo y reposado, Fuego devorador, Luz que todo lo convierte en luz" (25). "Timonel de un barco de luchas 'V ansias, Puerto que clausura tiempos · · y distancias" (26). Méteme, Padre Eterno, en tu Pecho misterioso Hogar. Dormiré allí pues 'l.!engo deshecho del duro bregar" (2 7). Noche transfigurada La luz viene de la otra parte de la noche, donde está la aurora y el día: Dios mismo. La seguri!dad que no nos pudo dar la dialéctica, nos la dará Aquel mismo que preside y llena la oscuridad de la fe. El tema ,d:e la luz - identificada con Dios - atraviesa toda la rev,elación bí– blica. Y siempre aparece Dios-Luz en contraste con la oscuridad, y como .ad– versario, siempre victorioso, de las ti– nieblas. Muchas veces Dios es identifi– cado, definido y representado poi· el símbolo ,de la luz (Is. 47, 7: Sa'1. 148, 3; 1 Jn. 1, 15). La noche de la je es vencida y transfigurada en luz : "La tiniebla no es oscura para tí, la noche es clara e,omo el día.., (Sal. 138, 11> Dios mismo :preside y precede la ca– ravana de los creyentes por el desierto de la vida, ,en fe (Gen. XIII - XXX). Y, a fin de que el pueblo no se descor.– cierte por la os,curida:d, tomará la for– ma de una antorcha de fuego "para alumbrarlos" (Gen. 13, 21 ss.) · San Juan de la Cruz ,es un hombre que lb.a nav,egado por las aguas profun– das y os,curas de la fe, y ha ,experimen– tado sus alternativas. Casi todos sus e.,– critos rondan el misterio de la fe. En versos inmortales nos descubre cómo h noche de la fe se transforma en luz del mediodía, no por la certeza de un .ra– ciocinio ni por los vestigios de la Crea– ción sino por la segurLdad que emerg~ del ,corazón: " ...sin otra luz y guía sino la que en ,el corazón ardla. Aquesta me guiaba · más cierto que la luz del mediodía" ( 28) .

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz