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-195- Según me informaron, éste fue el fondo de la fricción entre el Episco– pado brasileiro y el gobierno de Garrastuzu Medici. El Episcopado pedía e insistía en la proyección social de la economía, en el problema de una equitati– va redistribución. En cambio el gobierno insistía en el aumento de los índices de producción, es decir de la producción bruta. Ultimamente se decía que en el seno del nuevo Gobierno soplan aires diferentes, y que comienza a haber una sensibilidad por los criterios sociales. De todas maneras, lo que sí parece claro es el desequilibrio proporcio– nal entre el aumento de la producción y la situación social de muchos brasi• leiros. A muchos hermanos y hermanas que trabajan en Mato Grosso, Pernan– buco o en la Amazonia les escuché detalles impresionantes sobre la situación miserable de muchos de los habitantes de esas regiones. 2. LA FAMILIA FRANCISCANA Presencia multiforme Si bien en el Brasil todo es grande, desde las distancias hasta el número de habitantes, impresiona realmente la densidad y multiplicidad de la presencia franciscana a través de su extensa zona. Si las estadísticas son siempre frías, en nuestro caso son todavía más incapaces de transparentar la realidad por ser ella tan compleja. Sea como fuere, he aquí algunas cifras. En cuanto a los hermanos, la última estadística, aunque incompleta, se– ñala la existencia de 2.209 hermanos que trabµjan en el Brasil. Se calcula, sin embargo, que el número total asciende aproximadamente a los dos mil quinien– tos. Ellos se agrupan en 386 comunidades. Los capuchinos pertenecen a trece diferentes provincias, los menores a diez y los conventuales a tres. Además de las tres .Obediencias pertenecientes a la Primera Orden, en el Brasil trabajan otras agrupaciones de hermanos franciscanos, de denomi– nación desconocida en nuestros medios, como ser: "Los Hermanos de la In– maculada Concepción"; "Hermanos franciscanos de la Santa Cruz"; "Herma– nos franciscanos de la Reconciliación"; "Hermanos de los pobres de san Fran– cisco"; "Instituto de Santa María", además de los hermanos de la Tercera Or– den Regular. Todas las provincias franciscanas de la Primera Orden del Brasil, lite– ralmente todas, son de procedencia italiana. En cuanto a las hermanas, entre las diferentes congregaciones suma.n 6.210, puntualizando que la estadística, aunque actual, es incompleta y qt1e en estos últimos años el número de profesas ha bajado entre un 15 y un 20 por ciento a causa de las defecciones. Actualmente trabajan en el Brasil 69 congregaciones femeninas fran– ciscanas, repartidas en 738 comunidades. De las 69 congregaciones, 20 son de origen brasileiro. La gran mayoría de las restantes son de origen estadounidense, alemán y holandés. En este momento están surgiendo por doquier nuevas fundaciones de ínspiración franciscana, con nuevas 'fíhalidades y formas. En su naturaleza no

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