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-201- tiene su propia faceta, con sus iniciativas. En el Brasil existen nueve regionales, funcionando unas bien, y otras no tan bien. El funcionamiento depende del animador y del equipo coordinador de cada regional. El futuro En estos últimos diez años, en el Brasil como en todas partes, ha predo– minado un gran desconcierto entre los eclesiásticos, y también en la familia fran– ciscana: había provinciales que no "creían" en el porvenir de la institución re– ligiosa, los noviciados quedaban clausurados, se vendían los seminarios, había deserciones clamorosas, desorientación general. La "reprise" o. re-toma de la marcha hacia la superación, ha sido en Brasil más notable que en otras partes. Los obispos que malvendieron hace cin– co años sus seminarios están preocupados por comprarlos de nuevo o construir otros; existen madres provincialas que están arrepentidas de haber malvendido precipitadamente sus colegios y casas de formación; casi todos los noviciados abren de nuevo sus puertas. Los capuchinos del Brasil este año tienen en con– junto 63 novicios. Hablando de los hermanos, en algunas de las grandes provincias suJ:,sis ten o se han reabierto los seminarios aunque en diferentes formas y grados. Hay seminarios menores al estilo antiguo, como en la provincia de Paraná, con ni– ños desde los doce años. He conocido seminarios con alumnos de 16 años para arriba. Hay otros seminarios con una mezcla de edades y condiciones personales, con muchachos de quince años hasta vocaciones adultas de treinta años. Semi– narios en los que, en la mezcla m.ás abigarrada, unos estudiaban humanidades, otros estudiaban carreras civiles y otros los cursos filosófico-teológicos, pero nin– gún aspirante había hecho noviciado, ni los responsables del seminario sentían prisa para que los muchachos hicieran su opción. En cuanto al "plan de estudios" de los seminarios mayores, existe una variedad infinita, lo mismo en cuanto a programas y métodos. Por supuesto, cada provincia tiene su propio plan. Hay provincias que tienen su profesorado com– pleto: es el caso del Instituto filosófico-teológico de Petrópolis con un alumna– do impresionante, cerca de. cien alumnos. Hay provincias que envían a sus es– tudiantes a otras provincias, o a las facultades universitarias. No existe método o modalidad que no se haya ensayado. Existen "planes de estudios" ("Ratio Studiorum") como los de la provincia capuchina de Sao Paulo o Paraná que son realmente magníficos. En cuanto a las hermanas, hubo congregaciones en el Brasil que se desan– graron literalmente en estos últimos años. Algunas congregaciones femeninas franciscanas perdieron cerca del cincuenta por ciento de sus miembros. La ex– plicación de esa deserción tan masiva era, dentro de su complejidad, según me explicaban, la siguiente: Ingresaba una cantidad en la congregación. En primer lugar, por el afán de tener un alto número para poder cubrir todos los compromisos, no exi– gían altas cualidades a la candidata ni se preocupaban demasiado por su con– dicionamiento general. En segundo lugar, casi desde el prirtier día las metían

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