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-200- El CURSO-CEFEPAL se originó como ideá en la Conferenda de los Hermanos Menores efectuada en Anápolis en el mes de marzo de 1968. Allá se encargó a una comisión la redacción de un programa y plan de curso qu.e -fue~on aprobados. Se decidió que el c;:ur~o tuviera a la vista la finalidad espe– cífica __ de preparar formadores, y también capacitar a otras personas de las que eventualmente se esperaba una actuación especial en el movimiento de re– novación. El curso se efectuaría en P-atrópolis, tendría un áño de duración, quéd~ndo el Secretariado _Nacional respon;abÍ1izado para la e~perimentación del plan. ~e _ decidió que se invitara a las hermanas a participar del curso junta– mente con los hermanos. Y así se efectuó el primer curso ~n el año 1968 con la participación de diez he~manas y catorce hermanos. EÍ curso consistió fundamentalmente en exposiciones doctrinales, reflexiones grupales, investigación y estudio de los escritos de san Francisco y de las fuentes franciscanas. A pesar de ser una e~périencia, todos quedaron convencidos de la validez del curso y s~ decidió que el i:nismo continuara, m~tizando mejor los objetivos y los métodos. En los años 1970 y 1971 hubo un temario bien entramado, abarcando desde los problemas de la vida religiosa hasta la religiosidad popular del Brasil, teniendo, naturalmente, como telón de fondo la vocación franciscana desde todos sus ángulos. El profesorado fue llamado, para las diferentes ma– terias, del Instituto teológico-filosófico de los franciscanos de Petrópolis. Den– tro de la dinámica del curso, los cursistas participaban en las semanas de es– tudio o dirigían los retiros organizados por las diferentes provincias. En la tercera y actual etapa del Curso-Cefepal, la dirección y_ profeso– rado del mismo intentan, a través de la radicálización del pensamiento y de la reflexión, desencádenar en los participantes un proceso reflexivo-transfor– mativo y ayudar a los cursistas a encontrar su auto-identidad fundamental como religiosos franciscanos. Los participantes viven en fraternidad, las hermanas por su lado y los hermanos por el suyo. Esta vivencia fraterna conscientemente aceptada y acompañada de constante revisión,_ da a los cursistas una oportuni– dad -de descubrirse a· sí mismos y a los hermanos en sus diferencias. Toda esta experimentación es acompañada por un sicólogo. A través de "test" de personalidad, entrevistas personales, sesiones de sicoterapia en gru– po, el cursista es llevado a la introspección, a una siempre creciente interiori– zación, a conocerse mejor, a asumir la propia historia y construir poco a poco una personalidad madura. Ciertamente el curso no es una típica academia, !o que, por un lado, es una ventaja pero desventaja por el otro lado, porque es difícil que el cursista acabe el año con un conocimiento global del franciscanismo. En cuanto a las regiones del Cafepal; los hermanos y hermanas que hi– cieron el curso, regresan a la realidad y lugar de donde salieron. Y allí sienten la necesidad de comunicar e irradiar la experiencia de vida realizada en el curso. Brasil es inmenso y co~plejo. La realidad de cada región, las costum– bres, el clima, el grado de desarrollo son diferentes. La respuesta franciscána tiene que adaptarse a la realidad. Y así, buscando los camin,os oportunos, lc,s ex– ctirsista~ tomaron la iniciativa dé formar regionales de Cefepal. Cada regional

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