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·-- 122 - caracter anárquico, individualista y desorganizado. Vivimos tiempos de in– tegración y será necesario incorporarnos a planes de conjunto. Pero lo que se quiere recalcar es que nuestra vida requiere cierta flexibilidad, espontaneidad y personalismo, dando lugar en gran escala a los dones per– sonnles y al E:spíritu del Señor que se hnce presente de múltiples formas. "Ante toclo (nuestro npostolado) es la presencia de unn comunidad evangélica entre los hombres, de una comunidad que anhela vivir las ri– quezas evangélicas de la oración, de la fraternidad, de la pobreza, en el humilde servicio de los demás, y así atestiguar a_ue el Reino de Dios ya está presente en este mundo, anhelando a la vez la realización final de este Reino con una esperanzada paciencia" (1 Regla, 22, 23; 2 Regla 6) (11). Un reparo importante Esto.,; pórrafos reflejan muy bien el contenido de nuestra esencia y legislación: }o importante es la vida evangélica; la actividad puede ser cual– quiera, con tal que refleje el estilo que emana de aquella vida. Sin embr,rgo el testimonio de que se ha hablado no podrá limitarse a una forma de vida. De alguna manera tendrá que concretarse. A mí me parece que la actividad también tiene importancia porque el actuar con– diciona y conforma el ser. Cuando las personas se dedican a cualquier cosa, llegan a ser cualquier cosa. Es cierto que la vida es hija de las ideas, pero también las ideas (la mentalidad) son hijas de la vida. Por ejemplo será imposible que los hermanos sean "menores" allá donde la instalación, la seguridad y 12. comodidad son las característicns de su vida. Yo cree; que es necesario señalar los contornos de la actividad de los hermanos, pr0cisamente para .asegurar su "forma de vida". Estoy de acuer– do en que hay que respetar el más amplio pluralismo y que no se puede especificar ics trab.ajos de una forma rígida y excluyente. Pero tendremos que marcar líne;:is gruesas, preferencias y prioridades respecto a las acti– vidades. Ahon1, ¿en q:ué dirección? Para mí el franciscanismo es ante todo una v1s10n cristológica. De esta visión nacen el ser y el obrar de los hermanos. La vida emocional de Francisco se nutrió en dos fuentes: en la "kénosis" de la Encaración v en la "kénosis" de fa Pasión. Aquí se esconden los impulsos vitales y los..mó– viles del alma franciscana. Cuando, al final de su vida,· 1os hermanos le propusieron a Fran~isco el que un especialista le explicara las Escrituras, respondió: "Conozco a Cristo pobre y crucificado y eso me basta" (12). Es toda una. definición. Así, pues, tanto el ser como el obrar de los hermanos deberá ir cal– cándose en ese Cristo pobre, crucificado, desconocido, que san Francisco nos dejó en herencia. Es peligroso decir indiscriminadamente que nos po– demos dedicar a cualquiera actividad. Las actividades preferentes de los hermanos tienen que ser aquellas que están marcadas con los matices de ese Cristo pobre y crucificado: provisoriedad, desinstalación, anonimato entre la masa, sencillez, pequeñez, sin poder ni dominación (11) Ibídem, nº iJ6, pp. 18cl9. ( 12) Cfr. 2 Cehm~,. 105.
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