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-128 - "Poder ejercido injustamente por ciertos sectores dominantes", a veces por justificaciones como "el peligro comunista" y la conservación del "or– den". "Crec:ente toma de conciencia de los sectores oprimidos", hacien– do que la situación se torne cada vez más insostenible. En este severo diagnóstico, pasan los Obispos a analizar ciertas ten– siones de dimensión internacional, como son la distorsión creciente del comercio internacional, la fuga de capitales económicos y humanos, la evasión de impuestos y fuga de ganancias y dividendos, los monopolios internacion::iles y el imperialismo del dinero. F.;nalmente se pasa revista a las tensiones en el seno latinoameri– cano, países contra paises, como los nacionalismos exacerbados y la com– petencia armamentista. Como fruto natural de esas tensiones, "la violencia constituye uno de los problemas más graves que se plantean en América Latina", dicen los Obispos (22). "No hay que abusar de la paciencia de un pueblo que soporta durante años una condición que difidlmente aceptarían quienes tienen una may<)r conciencia de los derechos humanos" (23). Ccnsignas de acción •'Ante una situación que atenta tan gravemente contra la dignidad del hombre y por lo tanto contra la paz", los Obispos señalan las siguien– tes líneas de acción. A los hombres de Iglesia les corresponde educar las conciencias, inspirar, ec;;timular y ayudar a orientar las iniciativas que ayuden la promoción del hombre. También denunciar las injusticias que "destru– yen la paz". Les corresponde además defender los derechos de los pobres y fa– vorecer la irtt.egración denunciando las desigualdades excesivas entre po– derosos y débiles. A la he,ra de la predicación, de la catequesis y liturgia, no podre– mos olvidar fa dimensión social y comunitaria del cristianismo. Proc:1raremos inculcar la vocación de servicio en nuestros colegios y universidades, haciendo que salgan hombres comprometidos en la cons– trucción de un mundo de paz. También podemos y debemos alentar los esfuerzos del pueblo por organizarse en sindicatos, gremios, cooperativas etc... Nues,t:m vocación y el trab,ajo por la Paz "Paz y Bien" no es un lema. Es la síntesis teológica y el progra– ma absoluto de vida de los hermanos menores, como •efecto de la peni– tencia evangélica. Francisco no pactó con la sociedad feudal (e incipientemente bur– guesa). Tampoco la reohazó como un profeta agresivo. Tampoco se alejó. Se quedó "adentro" de esa sociedad violenta y fué un "obrero de paz" (Mt. 5/9). "Hizo" la paz entre el Obispo y el Podestá de Asís, entre fray Angel y los bandidos de Montecasale, entre ciudades y ciudades, entre (22) MedeHin II, "Paz", n9 15, p. 71. (23) Medellin II, ibídem, n9 16, p. 72.

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