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- 249- El Esquema nos parece que logra ser fiel al "misterium pauper"' tatis" porque llega hasta las raíces o las motivaciones últimas de la po– breza de San Francisco. En todos íos primeros números del capítulo pri– mero se invoca como la razón definitiva de nuestra pobreza la fidelidad Evangélica, es decir ''el seguir alegremente las huellas de Jesucristo, pobre, humilde y crucificado" (n 9 2). Y con un fino sentido teológico de la humilde pobreza añade que "los hermanos contemplen a Cristo en el anonadamiento de la Encarnación y de la Pasión, y regodjense de su gloria pascual" (Ibidem). La Asamblea de Quito creyó que el Esquema reflejaba suficiente– mente los- ideales conciliares de la Iglesia pobre, humilde y servidora. Aunque también se añadió que en los momentos en que la Iglesia va tomando una orientaoión resueltamente pobre, nosotros en nombre de la fidelidad a nuestra vocación debiéramos abocarnos a realizaciones mu– cho más audaces. Es nuestr1a hora. Pero, aún así, el Esquema entrega buenas herramientas para la realización profética de nuestra vocación de humilde pobreza. Se marca el acento sobre el sentido de la "diaconía''. "Nos llama– mos "Menores'' para que no sólo con el corazón nos sintamos inferiores, sino también para que procuremos s:1ervir en el último puesto de la Igl 1 e• siia". Y continúa: ''Hechos conformes a Jesucristo que tomando la for– ma de siervo no vino a ser servido sino a servir, como Hermanos Meno– res consum,em1onos en el servicio de ~odos, e,sp.ecialmemte de los necesi– tados y de los que sufrlen. Haciendo .esto, sel'emos al mismo tiiempo fer– mento de justicia, de unión y de paz" (n 9 11). En este mismo sentido de humilde servicio ("diaconía") se expresan todos los artículos del capí– tulo quinto. Sin embargo al llegar al problema radical de la pobreza, la cues– tión cl.e fondo - no poseer de hecho - el Esquema (preiferiría decir "la Orden''), una vez, mas, se enreda en juridicismos con muchos distin– ,gos y contradistingos, y el eterno desafío del ideal franciscano de la po– breza radical sigue en pie, sin aceptarse. Seguirán los insatisfechos es– grimiendo el "ser o no ser". Después de todo... se puede seguir teniendo-. "casas, lugares y otras cosas", aunque sea a nombre de ficciones jurí– dicas. Es algo dramático leer seguidos los capítulos cuarto y sexto. Los títulos dan la sensación de alguien que está rondando y rondando, como quien quiere entrar en la casa, pero después de muchas vueltas queda fuera de ella (renuncia jurídica y de hecho, de la propiedad). Artículo 90: "Del don de nuestra pobreza en la Iglesia". Artículo 92: "Del estre– cho uso del dinero como medio ordinario de conmutación;'. Artículo 93: "De no acumular dinero y de evitar la seguridad económica". Artículo 95: "De los límites en los gastos''. Artículo 106: "De la guarda.de la pobreza en el uso de las cosas'' ... Y de esta manera va cerrándose el círculo hasta llegar a decir en el artículo 105: "De la incapacidad jurídica de la Or~ den para poseer". Y cuando cr,eíamos que ya estábamos dentro. de la ca– sa, ihete aquí que el Esquema (la Orden, digo) sale con que "el sujeto de los derechos sobre nuestras cosas, de las que tenemos uso, son: la Santa Sede, o bien, las personas físicas o morales que se hayan reser... vado tales derechos"! · ·

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