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....,.. 19 ·:_. y la preparación de los candidatos y la' düración del· tiempo de noviciado. Si el noviciado precede los estudios eclesiásticos, se podría coiocar en la · primera parte del mismo el curso sobre el misterio de Cristo, del que habla el decreto sobre la formación sacerdotal (Optatam totius, 14). En todo caso, es del todo necesaria una adecuada exposición de tal misterio, si· se quiere iluminar bien la finalidad integral del noviciado: vida litúr-. gica, instrucciones ascéticas, espíritu y misión del propio Instituto, estudio de los compromisos de la vida religiosa. De lo dicho se desprende que no es posible dar este ritmo progre– sivo y orgánico si el grupo entero no comienza el noviciado al mismo tiempo. 3.- ¿ A CUAL EDAD Y EN CU AL ETAPA DE LA FORMACION ? ·Aquí tenemqs un tema de enorme actualidad y acerca del cual las opiniones se dividen, sin que hasta ahora se 'llegue a ver con claridad (9). Algunos prefieren una temprana iniciación -entre los 15 y 17 años– dando como razón de esa premura la docilidad y receptividad que en tal edad ofrE=ce el aq.olescente, como también su generosidad e idealismo, to– davía no' entorpecido por la experiencia;· antkipándose así, según les pa– rece necesario, al q.espertarse de las pasiones, de las crisis afectivas, del sentido crítico... El noviciado, aseguran·; nó e:¾:ige madurez sino, disponi– bilidad psíquica; .la madurez solamente es requerida por el compromiso jurídico de· 1a profesión solemne. Pero, precisamente este peligro de ·tomar al adolescenti; en. el ple– no desarrollo de la pubertad, ·es lo que se alega en ·favor de una poster-. gación del noviciado; puesto que, efectivamente, llevaría a una suspen– sión artificial de la evolución retardando· lá solución de esos problemas. y es algo bien sabido que una crisis diferida es una. crisis qlie no será nunca bien resuelta. · · Todo ·depende de la función que sé trata de asignar hoy día al· noviciado. No podemos continuar considerándolo como un medio para llegar al joven antes que los peligros a los que está expuesto, sobre todo porque tar',precaución es ilusoria y. además, porque el estad:) religioso ha dejado de ser aquel "huerto cerrado'' que antes protegía al religioso por toda una vida. E.s necesario preparar al joven a los contados exteriores,· con un conocimien.to amplio y equilibrado de las realidades huni'anas. · a) Biológicamente hablando, la estabilidad orgánica -esqueleto, estructuras musculares, sistema ne1·vioso, funcionamiento glandufar- se alcanza solamente alrededor de los 18 o 20 años; a tal edad se pueden juz– gar las condiciones deficientes y las taras hereditarias que aconsejan un · (9) Cfr. R. Barbarig.a, "Ritardare il noviziato purche..."- Un problema sempre aperto", en Vita Minorum 29 (1958) 1-12-157, 177-18!0: 32 (1961) 339:.35,0; "Forse e bene posticip,a;re il noviziato al liceo'', Riv. Ascetica e Mística 4 (1959) ·54- 66; B. Anastasi, "A proposito -del ritardo del noviziato", en Vita Minorum 2.9 (19:5,8) 58-61; M. Garde, "Edad para la admisión en el noviciado", en Actas del Congr. de Perf. y Apost. IV Madrid (19·59) 201-212; G. Corallo "Qual e 1',eta pi:ú adatta pe,r iniziare il noviziato?", en Riv. Ase. e Mist. 3 ( 195'8) 42-63; l. Colosio, "Noviziato prima il liceo •O dopo i1 liceo?" ibid. 4 (1959) 458-483; J. D' Are, "Pour les dillférenJes étapes de l'entrée dans la vie religieuse", en Suppl. Vie Splrit. 11 (195'9) 64-91.

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