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(27) Le phénómene humaine, o. cit., p. 328. (28) L'uvenir de l'homme. Ed. du Seuil, París 1959, p. 50. (29) La vision du pus.sé, o. cit., p. 404. (30) La información bibliográfica véase en n. 15 (31) Remito a la n. 19. (32) E. COLOMER, o. cit., comenta con aprobación entusiasta la afirmación autorizada de Mgr. Soleages cuando escribe: "El (Teilhard) no ha puesto jamás en duda que Omega fuese también Alfa" (p. 154). (33) De primo principio, c. 4. n. 10 (Edic. B.A.C., 1960, p. 705). (34a) Transcribimos en directa grafía este tan grato vocablo neo-testamentario. Seguimos a la Es– cuela de Madrid: X. Zubiri, P. Laín Entralgo... Escribir "ágape" es falsificar el vocablo; pero "agapé", tomado de una lengua extranjera sin conexión con el vocablo griego. También po– dría optarse por traducir el vocablo, no por 252 "amor", que ya no dice nada ante las formas fundamentales del mismo, sino por "amor cris– tiano". (34b) Un especialista del tema es Bernardino de Armellada, quien en su estudio: El infinito, ¿barrera o apertura teológica? en Acta... (cit. en n. 23) nos informa de su contribución rela– tivamente amplia al tema, p. 92 (35) L'énergie humaine, o. cit. en n. 20, p. 195. (36) ANDERS NYGREN, Eros und Agape. Gestaltwandlungen der christliche Liebe, Gütersloh 1954. (37) NICOLAS BERDIAEFF, Una nueva edad me– dia. Reflexiones acerca de los destinos de Rusia y de Europa. tr. esp., octava ed. Edit Apolo, Barcelona 1938, p. 159. (38) Cf. LEONARDO M. BELLO, Primado univer– sal y realeza de Cristo. tr. esp. Pax et Bonum, Buenos Aires 1946. (El texto original latino de esta carta circular a toda la orden está fechado en la fiesta de Cristo Rey, 29 de octubre de 1933).

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