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M. A. PENA GONZÁLEZ implica pasión y entrega. Es precisamente esa confianza la que alimenta y facilita que el pastor pueda desempeñar adecuadamente su tarea y fun ción. Es una llamada a ubicar el ministerio entre la ausencia y el acti vismo, en el verdadero encuentr? con el Cristo total. Por lo mismo, «los ministros del evangelio deben ser personas capaces de caldear el corazón de las personas, de caminar con ellas en la noche, de saber dialogar e in cluso descender a su noche y su oscuridad sin perderse»20. Y esta es una tarea del pastor que hoy retoma fuerza e importancia: la capacidad para escuchar y acoger. En un mundo donde la mayoría de las cosas se miden en categorías temporales, al pastor le corresponde también ser testigo de otra forma de vida, de silencio y de escucha. Son muchas las personas, con problemas concretos y reales, que necesitan ser escuchadas, que necesitan confrontarse y que requieren de una palabra que le hable de lo absoluto, que le de confianza y valor para seguir ca minando. Que les abra a la esperanza. En este sentido, la tarea del pastor es la de un mediador entre Dios y su pueblo, que habla y vive desde otras categorías temporales y que —especialmente— es testigo de esperanza: El buen sacerdote se reconoce de cómo viene ungido su pueblo; esta es una prueba clara.., nuestra gente agradece el Evangelio predicado con unción, agradece cuando el Evangelio que predicamos llega a su vida coti diana... cuando ilumina las situaciones límite, las «periferias», donde el pue blo fiel está más expuesto a la invasión de los que quieren saquear la fe. La gente nos da las gracias porque siente que hemos rezado con las realidades de su vida cotidiana, con sus penas y alegrías, con sus angustias y esperanzas. Y cuando siente que el perfume del Ungido, de Cristo, llega a través de noso tros, se anima a confiarnos todo lo que quiere que le llegue al Señor: «rece por mí, padre, que tengo este problema», «bendígame, padre» y «rece por mí», son la señal de que la unción ha llegado a la orla del manto, porque se transforma en súplica, súplica del pueblo de Dios21. 20 ANToNIo SPADAR0,«Entrevista al papa Francisco (19.VIII.2013)», http://www. va tican. va/content/francesco/es/speeches/2013/september/documents/papa-francesco_20130 921 ntervista-spadaro.html 21 FRANcisco, «Santa Messa del Crisma nella Basilica vaticana (28.111.2013)», un In segnamenti di Francesco, 1, 1 (marzo-giugno 2013), Citt del Vaticano, 2015,49. [3341
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