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SAN ANTONIO EN LA DEVOCIÓN DE ESPAÑA 177 de la iglesia para tanto personal, hubo que añadir los bancos del salón; otras personas traían sus sillas caseras... En la procesión del día de la fiesta hubo una sorpresa y fue la iluminación del Santo con bengalas de diversos colores". El año 1950 junto a las ponderaciones de los años anteriores se destaca que "el número de velas ofrecidas al Santo supera en mucho a las de años anteriores". Es curiosa esta observación: "Para los que venimos siguiendo la vida del Santuario tenemos que confesar que la vida del santuario va en aumento" . En 1951 la novena se celebró "con más asistencia de público si cabe, que los años anterio– res". En la noche del 10 al 11 de junio la Juventud masculina antoniana tuvo una solemne vigilia eucarística. El día de S. Antonio fue "como un día de precepto, con asistencia extraordinaria. Se repartieron tres mil comuniones; y se terminó el día con la bendición de las flores ... y una gran procesión con quema de cohetes y bengalas". El día 13 de junio de 195 2 "la concurrencia de los fieles ha supe– rado en general a la de años anteriores". Se editó un número extraordi– nario del boletín "Santuario de S. Antonio". Se tienen los demás actos acostumbrados , como bendición de niños, comida extraordinaria a necesi– tados, bendición de lirios y flores de S. Antonio, procesión con la ima– gen del Santo en una carroza revestida de flores y a la que asistió el teniente de alcalde del barrio, quien quedó "altamente complacido y elogiando la asistencia de los fieles y solemnidad de los actos". No cede en los años sucesivos el fervor popular, que de cuando en cuando provoca líneas de estupefacción pía en la pluma de los cronistas. En 1954 parece que la fiesta del Santo convertido ya en "Patrono del Barrio" exigía manifestaciones en armonía con la piedad alegre de los madrileños. "Por primera vez se queman fuegos artificiales". Una chispa de estos fuegos saltó a la mente del cronista: "Cada año, escribe, S. Antonio se siente más dueño de su amado Barrio de Cuatro Caminos, porque son también cada año mayores las gracias y los favores que se desprenden de su mano bondadosa y de su Niño Divino" . Y con motivo de la novena de 1955, concurridísima, se apercibe de que sí, "S. Antonio tiene un santuario en Cuatro Caminos, pero tiene infinidad de altares en el corazón de los fieles de esta grandiosa barriada" . Y sentencia: "Quizá fuera un aliciente el poder recibir cada día el diagnós– tico del Santo, que al fin del sermón siempre entregaba a sus oyentes Fr. Antonio de Padua, Doctor en Medicina. Ha sido una novedad del predicador de la novena... ". En 1956 se citan pasacalles a cargo de la Juventud antoniana, quema de fuegos artificiales... un gentío inmenso...

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