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SAN ANTONIO EN LA DEVOCIÓN DE ESPAÑA 175 desde 1612 y que, reedificada en 1715, fue hasta la exclaustración de 1836 la sede central de los capuchinos de Castilla y en la que el culto a S. Antonio tuvo siempre singular relieve 15 . Fue conectando con este recuerdo por lo que los capuchinos de Castilla, al proyectar un nuevo convento e iglesia en Madrid, decidieron dedicarlo a S. Antonio. El permiso obtenido en 1935 no pudo hacerse realidad hasta 1944, año en que se bendijo la primera piedra para cele– brar la inauguración el 14 de diciembre de 1947. La respuesta del pueblo fiel a la invitación espiritual de la nueva iglesia antoniana fue masiva y entusiasta desde el primer momento. El triduo de la inauguración ofreció ya a la veneración, además de la admirable imagen del Santo 16 , una Reliquia notable de S. Antonio de Padua, colocada en rica teca de plata dorada, consistente en un trozo de hueso del Santo, regalo del Cónsul general de Italia en Madrid para este Santuario del glorioso Taumaturgo y Doctor... El 13 de enero de 1948, martes, comenzó una celebración especial en honor de S. Antonio, que se haría en adelante todas las semanas. su vez lo del ritual en semejantes casos... Desde aquel día quedó ya dedicada la igle– sia a S. Antonio de Padua. Así cumplía el P. Policio su promesa al Santo de los Mi– lagros de dedicarle el primer templo que se fundase en Madrid" (Buenaventura de Carro– cera, La Provincia de Frailes Menores Capuchinos de Castilla, vol. I, Madrid 1949, p. 51). 15 Precisamente en 1715 era vicario del convento el P. Manuel de Jaén "uno de los misioneros de mayor personalidad en el primer tercio del siglo XVIII... muy devoto de S. Antonio de Padua. Imprimió una Novena de los nueve martes, revelada por el mismo Santo, a la que más tarde agregó un Novenario para invocarle nueve días continuos, nueve horas y trece días en cualquier necesidad" (Ibid., pp. 593 y 597). Identificable quizás, según el P. Carrocera, con esta otra Novena del glorioso S. Antonio de Padua revelada por el mismo Santo y puesta en método por un religioso capuchino devoto suyo. El Cardenal Portocarrero había concedido indulgencias especiales a los que la hiciesen y se añade que "era para uso de los Padres Capuchinos de San Antonio del Prado de Madrid" (Ibid., p. 97 y nota 22). Destruida la iglesia al planificarse la actual Plaza de las Cortes, la imagen de S. Antonio de la misma se conserva en la iglesia madrileña de San Je– rónimo. 16 En la crónica del convento encontramos esta nota: "La imagen de S. Antonio no reconoce por artífice a un solo autor. La cabeza, de hechura admirable, apareció en el Castillo, Santuario de San Marcos y Santa María de España, y parece ser del siglo XVI, quizá de Alonso Cano. A ella tuvo que acomodarse el artista y completar la obra, haciendo la adaptación del Niño y del conjunto el renombrado terciario francisca– no de Sevilla, D. Sebastián Santos".

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