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174 BERNARDINO DE ARMELLADA za, Pamplona, San Sebastián y Bilbao, lanzando por sus ondas esta idea que ha dado lugar a que muchos nos alentaran con sus cartas y limosnas, incluyendo personas que no estaban suscritas. El éxito ha sido tal que se ha institucionalizado dando carnet para los colaboradores fijos. La misión de estos "Formidables de S. Antonio", que equivale a Apóstoles de la Buena Prensa, es hacer que nuestra revista ''El Mensajero de S. Antonio" llegue a todos los enfermos y presos de España, para lo cual se comprometen a aportar fondos para costear las revistas destinadas a este fin. De esta forma se ha podido conseguir que hoy reciban la revista todos los hospitales y cárceles de España, unas 100 clínicas y sanatorios, y casi 400 enfermos pobres en sus domicilios particulares". Parece que en 1976 no se tiene ya el triduo de febrero; pero la fiesta del 13 de junio sigue asombrando al cronista: 1983. "La fiesta de S. Antonio ha servido para confirmarnos en la fe que el gran pueblo cristiano de Zaragoza tiene en nuestro Santo". 1984: "Un año más hemos visto con asombro cómo las gentes se agolpaban para visitar al Santo". El año 1986 es el último que hemos podido consultar; y de la fiesta de S. Antonio dice escuetamente: "Todo como siempre, a pesar de la huelga de autobuses". La festiva devoción antoniana del Madrid de Cuatro Caminos Madrid tiene muchos flancos apetecibles, que fueron y segmran siendo objetivo privilegiado de los conquistadores. La historia muestra que apo– derarse de Madrid, en cualquier aspecto, es muy difícil si se quiere hacer por la fuerza. Pero Madrid, como todo pueblo noble, se entrega cuando se le abre el corazón. Y por el corazón la tiene S. Antonio desde siglos conquistada. La típica y secular ermita de San Antonio de la Florida con su verbena goyesca del 12 de junio es buena prueba. También la historia de los capuchinos en Madrid está especialmente ligada al Santo de Padua. Pues a él se consagró la primera iglesia 14 que tuvieron en la Villa y Corte 14 El día 2 de febrero de 1612 se bendijo y colocó la primera piedra del conven– to de S. Antonio del Prado. "La ceremonia la describen los cronistas... con toda clase de pormenores, y no es de extrañar cuando alguno de ellos llega a decir que fue 'la más célebre que ha habido en España'... Hízose con mucha gravedad la ceremonia, tal como lo dispone el Pontifical, mientras que la música de la Real Capilla cantaba a